-Vamos- el mayor extendió su mano hacia Jimin, quien le miró confundido y acto seguido, ladeó su cabeza.
-¿A donde se supone que va llevarme?- debía controlarse o comenzaría a hacer un berrinche y eso era lo último que quería que YoonGi viera de él.- No tengo donde pasar la noche, a menos de que me quede aquí, en la calle, a esperar a mis padres. -meditó sus palabras y reaccionó- ¡Tendré que pasar la noche en la calle!- gritó, mientras que YoonGi le miraba con una ceja alzada, esperando a que el chico le dejara hablar.
-Pasarás la noche en mi casa- soltó simple y quiso reír cuando vio la cara de asombro y roja de Jimin, quien abría y cerraba su boca sin saber que decir- Si quieres, claro- se encogió de hombros, disfrutando de la tierna escena que estaba creando Jimin.
-Y-yo no quisiera molestar, hyung. No quiero incomodar, puedo esperar aquí- murmuró demasiado bajo y rápido, mirada baja, mejillas rojas y labios abultados.
No lo asustes, Yoongi. Inhaló y exhaló, en un intento de mantener su autocontrol, si no, estaba seguro de que se lanzaría a comerse a besos al pequeño artista.
-No vas incomodar. Además, no puedo permitir que te quedes en la calle y mucho menos de noche. Ven conmigo, pequeño- habló con voz ronca con sonrisa ladina al final.
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Se encontraban de nuevo en el auto del mayor, en camino hacia la casa de este. YoonGi soltaba risas roncas de vez en cuando, pues el cansancio de Jimin era tan grande que era la segunda vez en el día que el pequeñín dormía profundamente, y la parte favorita de el empresario; el peli-plateado siempre tomaba su chaqueta para arroparse. En el camino recibió algunas llamadas de su asistente personal, Kim Jisoo, quien le recordaba las reuniones del día siguiente, los papeles faltantes y alguna que otra reunión con su padre. Cosa que inmediatamente lo llevó a pensar, el hombre seguramente quería hablar de con el acerca de la, supuesta, boda, dejar en claro todos los acuerdos económicos, la fecha en que se realizaría, el salón, los invitados, la decoración, su traje y el vestido de Lalisa. Y la verdad es que, mierda, el no quería nada de eso, solo deseaba su música, su piano, y... ¿Jimin?
Esa era una muy buena pregunta, ¿Qué sentía por Jimin? Llevaban muy poco tiempo de haberse conocido, por lo que estaba totalmente seguro de que no estaba enamorado del menor, pero si le gustaba demasiado. En ese poco tiempo, se encariñó con Jimin de una forma realmente sorprendente, se suponía que su corazón y su mente jamás harían eso, pues el siempre se había considerado una persona fría y solitaria, como las personas se lo decían repetidamente y no le molestaba, pues el creía lo mismo y que el chico de cabellos plateados llegara a cambiar todo, fue realmente satisfactorio pues en su vida faltaba esa chispa que le diera sentido, y el, involuntariamente o tal vez no, había convertido a Jimin en esa chispa. Le quería bastante, tanto que se asustó, no quería echar las cosas a perder y mucho menos viendo los grandes avances que había logrado.
Después de unos diez minutos de camino llegaron al edificio donde vivía YoonGi. El pelinegro bajó del auto, rodeó este, llegó a la puerta del copiloto donde estaba Jimin, lo cargó con facilidad entre sus brazos, cerró la puerta y le puso el seguro al carro. Caminó hasta la entrada del edificio, saludó al vigilante y entró al ascensor, marcó su piso y mientras esperaba se dedicó a observar las tiernas y perfectas facciones del delicado y dulce chico entre sus brazos.
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Despertó totalmente desubicado, esa no era su habitación, ni su cama. Se sentó en la cama de sábanas blancas, rascó su ojo derecho, miró hacia abajo, esa tampoco era su ropa. Tenia un buzo negro gigante y su bóxer rojo, nada más. Se asustó, ¿En donde estaba? Y ¿Por qué no tenia su ropa? Peor aún, ¿Quién lo había visto sin ropa?
Entró en pánico, con pasos rápidos se levantó de la cómoda cama, antes de salir de la habitación se encontró con un espejo de cuerpo completo, el buzo resaltaba su piel blanca y le llegaba hasta la mitad de sus gruesos muslos. Se sonrojó y mordió su labio inferior tratando de calmar su emoción cuando recordó que había aceptado la invitación de su hyung, pero solo recordaba que se había montado al auto y nada más, solo eso, eso podía significar que YoonGi hyung lo había visto solo con sus boxers. Salió corriendo hasta la cama, saltó sobre esta y tomó una almohada, la puso en su cara y comenzó a gritar. ¿Por qué siempre tenia que pasar vergüenza con su hyung?
⭐⭐⭐
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Gracias por leer
-❌V I R U S❌
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Nᴏᴛʀᴇ ᴍᴜsɪϙᴜᴇ ɴᴏᴜs sᴀᴜᴠᴇ
Fanfic<<𝘌𝘴𝘵𝘶𝘱𝘪𝘥𝘢𝘴 𝘧𝘪𝘦𝘴𝘵𝘢𝘴>> 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘰́ 𝘔𝘪𝘯 𝘠𝘰𝘰𝘯𝘎𝘪, 𝘴𝘪𝘯 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘥𝘦 𝘦𝘭𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘦𝘳𝘪́𝘢 𝘢 𝘗𝘢𝘳𝘬 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯. •Historia original •Todos los derechos reservados •No copias ni ada...