Capitulo 2

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DRACO

El necesitaba a una esposa…

Una que no se enamorara de él…

El aun recordaba su encuentro con el ministro – Draco tu eres listo estoy seguro que si sientas cabeza podre hacer algo por tu padre – le había insinuado con todas las señas que debía casarse “sentar cabeza”, él quería cortarle la cabeza a l ministro, fue un error ir a hablar con el ministro acerca de favorecer a Lucius en el juicio, pero no podía seguir viendo el sufrimiento de su madre, tenía que hacer algo para que liberaran a su padre, bueno al menos ya sabía que debía hacer, el pequeño “gran y enorme” problema era que no quería casarse, no quería “sentar cabeza”, le gustaba su vida, le gustaba la diversión que le ofrecían sus conquistas, todas las mujeres se tiraban a sus pies, no es que fue un vanidoso, todas las mujeres con las que había estado lo confirmaban, aun no tenia novia oficial, solo salía con Britanny por esta semana, si ella era su amante semanal, pero no iba a casarse con ella, ella era toda una empalagosa que le hablaba de hijos y familia, no él no quería tener una familia, no quería hijos, no los quiero y jamás los querré, lo admito seria un pésimo padre, con un suspiro cansado salió de su mansión, necesitaba relajación y solo lo conseguiría en “La beldad” le gustaba ir a tomar el té allí, según le decían sus amigos allí el café era delicioso, pero a él nunca le gusto el café, tuvo una muy mala experiencia la primera vez que lo tomo era tan amargo que fue a sacarlo de su sistema lo mas rápido que pudo, no definitivamente no volvería a tomar aquel veneno.
- Bienvenido  joven Malfoy – le sonrió Natasha, no piensen mal Natasha es solo una amiga, confía en mi no me fijaría en una mujer de ochenta años, bueno pienso que esa es su edad, la verdad nunca he preguntado, pero si lo hago seguro sonaría descotes y ya sabes yo soy un caballero.
- Buenas tardes – le respondió él con una beso en la mano, ella es muy amable conmigo creo que lo es por estos detalles de mi parte – se ve muy hermosa como siempre – lo vez, vez la mirada en sus ojos, es por eso que siempre consigo lo que quiero.
- Adulador – ríe ella, pero sé que en el fondo me ama, pero como no lo haría? - ¿Qué pedirá hoy? – me pregunta como siempre, aunque ya sabe mi respuesta, creo que ella quiere que pruebe su café, pero ambos sabemos que eso no va a pasar así que le respondo como siempre – Café – le digo y ella asiente, se que seguirá preguntando todos los días, pero aun así me lleva a un asiento en donde espero mi té, en solo unos segundos el te esta delante de mí, por eso me encanta venir aquí, porque a pesar de que está lleno el servicio es excelente, bueno otra vez me encuentro perdido en mis pensamientos, no puedo poner un anuncio de “se busca esposa hija de Muggles” en las calles sería muy obvio, pero en donde consigo una mujer que no se enamore de mi, todas mis conquistas son muy bellas, pero sabes porque termino con ellas, es simple ellas quieren más de mil de lo que puedo ofrecer, siempre es igual, siempre piensan que pueden llegar a casarse conmigo, se que debo casarme pero debo hacerlo con alguien que no se enamore de mi y cause problemas, quizá no encuentre a alguien así. Con un suspiro él levanto su té y fijo su viste en la librería de enfrente “Alexandria” si no mal recordaba era la hermana de la señora Natasha, la verdad nunca había entrado, pero eso no fue lo que le hizo abrir los ojos desmesuradamente, ni casi atragantarse con su te, lo que causo ese efecto fue la persona que se encontraba por entrar a la tienda, esa melena rizada era inconfundible, era la sabelotodo amiga de Potter, la insufrible que él había atormentado en el colegio, era hija de Muggles, era…, era…, era su solución, claro porque Hermione Granger lo odiaba, nunca se enamoraría de él, ella sería un problema, pero acaso tenía otra opción?, lo pensó por un momento rogando que su cerebro no le fallara ahora, pero nada, no tenía otra opción, frustrado su mirada choco con los ojos almendrados de la joven, vio como Hermione lo veía sorprendida, para luego verlo como si fuera Voldemort, entro casi corriendo a la librería, y ahora?, bueno no había más opción, con otro suspiro  tomo su té de un trago y salió tras la chica.
- Buenas tardes joven Malfoy – Alexandria sí que se parecía a su hermana, era la primera vez que entraba a esa librería, la razón?, su mansión tenia la biblioteca más completa de Londres, si, incluso más completa que la de Hogwarts, tras la caída del señor tenebroso, pudo salvarse de la cárcel gracias al apoyo que su madre le dio a Potter, pero le habían quitado el resto de sus bienes, aunque aun vivía cómodamente quería recuperarlos y si para eso también debía demostrar que había cambiado.
- Buenas bellísima dama – dijo y vio que la señora le sonreía mientras él besaba su mano, sin decir mas siguió por las estanterías llenas de libros, buscando esa melena castaña tan inconfundible, tras llegar al fondo en donde no había casi nadie pensó que la muy escurridiza se le había escapado, pero nada más voltear esta choco contra él – Granger!! – se quejo él sacudiéndose el traje.
- Malfoy?! – dijo Hermione confundida, vestía un jeans y un jersey con un libro que sostenía firmemente contra su pecho como si fuera un escudo – me has estado siguiendo? – pregunto con un chillido agudo, Draco casi tiene que taparse los oídos, además de casi reventarle los tímpanos, esa mujer se mostraba a la defensiva.
- Es que acaso no tienes modales Granger? – le pregunto señalando hacia fuera de la tienda, mas específicamente el lugar en donde sus miradas se encontraron.
- ¿Qué quieres Malfoy? – pregunto ella, al parecer la chica no tiene paciencia, pero ni modo no tengo otra opción, Draco se preparo, ¿Qué haría si ella se negaba?
- Necesitas trabajo Granger? – pregunto casualmente, como si hablara del clima, Hermione cambio su expresión de enojo a una de interés, al parecer la sabelotodo necesitaba dinero.
- ¿de qué se trata? – bingo ya casi la tenia, eso confirmaba sus sospechas, ella necesitaba dinero, casi la tenia, eso avivo sus esperanzas.
- Bueno solo tienes que fingir que…- enserio se lo diría?, eso parecía casi tan irreal, casi como si el infierno pudiera congelarse, bueno que el infierno se preparara para un cruento invierno porque si se lo diría – te casas conmigo – bueno allí esta lo dijo, al parecer eso fue demasiado para ella, ya que se quedo en Shock.

Cásate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora