Pastelito...

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-¡Alice, levántate ya!-

Quito la mano de mi cara para comenzar la rutina de cada día, levantándome lentamente me dirijo al baño para ducharme, percatándome que mi hermano esta aun en el baño.

-¡Simón, sal ya!, ¡tú  no eres el único que necesitas el baño, y por mas gel que ocupes no se te va a levantar el cabello!

Golpeo fuertemente la puerta por los siguientes 5 minutos, hasta que Simón sale airadamente del baño con un nuevo conjunto, usa una polera que le queda demasiado grande, el cabello lo tiene tieso por su intento de elevárselo con demasiado gel, usa unas zapatillas de marca que quizá robo y unos pantalones que los tiene por la mitad del trasero, arrastrándolos por el suelo. Finjo una arcada y entro al baño rápidamente.

Luego de ducharme me visto con mi propio look, aunque mayoritariamente es mi ropa completamente negra, la mitad de mi pelo negro liso tapándome la cara y mis converse sin lavar puestas en su lugar, me delineo la parte de arriba de los ojos con negro y agrego un poco de mascara para pestañas.

Camino lentamente por la escalera llegando al living donde ya se encuentra mi hermano jugando en su videojuego y escuchando su reguetón matutino.

-¡Adiós mamá!-

No espero su repuesta, ya que sé que estará en el patio intentando tener una nueva conquista semanal con el vecino, luego de que haya terminado su relación de una semana con Dave.

Mi padre nos abandonó cuando yo tenía 6 años, despidiéndose con un sonoro ¡Vete a la mierda! Y cerrando de un portazo la puerta. Nunca lo volví a ver, y no lo deseo ver tampoco.

Camino hasta la cochera buscando mi transporte escolar. Buscando entre las cajas y cacharros, encuentro mis patines negros con un fuck you! escrito en grandes letras rojas.

Me los calzo y me pongo mis auriculares escuchando ignorance de Paramore, salgo a la calle para irme a la escuela, a 3 kilómetros de mi casa. Dando vuelta la esquina, me encuentro con  Marie comiéndose literalmente a un nuevo inocente muchacho, el que cree todas las promesas de un para siempre que le dice Marie.

¡Dios que perra es! Hoy usa su nuevo conjunto pastel, una polera rosada que deja muy poco a la imaginación y con suerte le cubre la mitad del estómago, una falda blanca que en realidad parece cinturón y unos zapatos de 15 centímetros de estampado de animal sprint. Lleva sus incontables collares de oro y sus pulseras, y un kilo de maquillaje en su cara.

Marie es la “popular” de la escuela, todas las chicas quieren ser sus falsas amigas, de esas que te das vuelta y hablan con todo el mundo sobre ti, y todos los chicos quieren ser sus novios, los que creen todas las payasadas que Marie dice. Cada chico nuevo que llega a la escuela cae en sus garras, siendo despedazado sin piedad por un animal rastrero que les promete amor eterno

En mi escuela, un 25% es el grupo popular, las chicas que no comen una galleta sin antes leer cuanta grasa están ingiriendo o los chicos que tienen los autos último modelo con un caballo de oro incrustado en el capo. Un 50% son aquellos que no son ni populares ni marginados pero que le caen bien a todo el mundo. Un 20% son las personas que parecen no existir, no pelean con nadie y les da lo mismo que rumbo comience a tomar la vida, y existe el 4% que es el grupo “impopular” o de los “nerd”. Yo soy el 1% que es marginado solo por vestirse decentemente (sin mostrar todo el cuerpo como la mayoría) y de negroo tipo indigente, además de tener mis propias opiniones e ideales.

Avanzo rápidamente por la calle pavimentada, mirando sin mayor interés las lujosas casas que hay al lado de mi escuela.

Como cada mañana, llego a la escuela y todo el mundo se gira a mirarme, yo, ignorándolos, avanzo tranquilamente donde se encuentra Jane, que me espera en la puerta intentando pasar desapercibida frente a los demás estudiantes. Jane es una chica con calificaciones regulares y de muy buen corazón pero los demás siempre están molestándola dejándola al margen, hacen como que no existe, es igual de incomprendida como yo. Pero la razón de que ella este al margen es distinta, ya que los demás estudiantes la molestan por su padre, que está cumpliendo cadena perpetua por violación y asesinato de dos jóvenes. Luego de que tomaran preso al padre de Jane, su madre cayó en una fuerte depresión, bebiendo alcohol hasta quedar inconsiente y tirada en las calles o estando con un tipo en un hotel, ahora estando borracha casi todo el tiempo, Jane debe trabajar medio tiempo para comprar comida y mantener una casa, además de comprar lo que necesita en la escuela.

¡Conmigo no te metes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora