groupie ☼; axl rose

☼; diez

Maldecía interiormente, soy un asco en este vestido. 

Cuando llegué a Los Ángeles ese aire de reconocimiento me envolvió por completo; mi ciudad, mis modos de vivirla, mi vida. Extrañé tanto estar aquí, en esta jungla de maniacos, quizá soy uno de ellos.

—Estás preciosa. 

Sólo le devolví la sonrisa a Duff quién ya portaba aquel traje negro, debo admitir que se veía bastante bien. Siempre me han gustado como lucen los smokings, joder, lo que hubiera dado por ver a Axl Rose con uno.

—¿Lista?

—Cuando quieras.

Estaba nerviosa, no tengo una puta idea de por qué. No era mi boda. 

El lugar era realmente espectacular. Dudaba que fuera del todo real, muchas personas, trajes elegantes, decoración contrastada a la perfección. Me sentía una completa extraña. 

—Por fin me verás tocar. 

La voz de Duff a mi oído me hizo tranquilizarme. Era cierto, nunca lo había escuchado tocar con su banda. Le miré para luego sonreírle, era un gran chico. Creo que ahora sé el cómo se siente saber que eres muy poco a comparación de quién tienes enfrente. 

Miré a mi alrededor, mi vista se nubló en un de pronto, no podía ser que estuviera mirando a lo lejos a Steven Adler.

—¡Duff!

No, no era la voz de izzy quién lo llamaba. ¿Cierto? 

—Claire, ¿Estás bien?

Sólo asentí y le tomé del brazo con ambas manos, sentía que me sucedia algo. Mis ojos se posaron en los de Steven cuando venía para acá, mi vista seguía moviéndose después de que mis oídos me afirmaran que la voz sí era de Stradlin, algo repulsivo dentro mío me sacudió al ver a Slash caminando con ¿Con Axl? 

Mierda. 

—¡Claire!