noche buena;

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Mark pensó que ir de mañana en el tren sería buena idea, ya que, así llegaría más temprano a casa, las fiestas navideñas se acercaban, de hecho mañana sería navidad, no había podido irse antes por su trabajo, así que ahí estaba el día de noche buena montándose en un tren.

La noche sería fría, el rubio se aseguró de llevar un abrigo lo suficientemente grande y caliente para el viaje, había probabilidades de que la noche fuese demasiado fría, maso menos unos menos cinco grados, al menos eso dijeron en las noticias; además se cubrió con aquel suéter que su madre le regalo el año pasado, uno color vino, lleno de renos color blanco, al menos le daría un uso por primera vez, no era como si le gustase salir a la calle con suéteres de renos, así que al menos en ese momento haría feliz a su madre.

Sus ojos se pasearon por el transporte y escogió un lugar con vista a la ventana, particularmente le daba lo mismo, pero pensó que quizá el tren se llenaría rápido por ser fecha festiva, aunque en realidad se dio cuenta que estaba casi vacío, por un lado se preguntó porque era de ese modo, mientras que de otra forma estaba feliz, no tendría que compartir el lugar de alado con nadie.

El tren comenzó a moverse, parecía que sería un día soleado y eso le gustó la idea ya que así llegaría a la hora de la cena. Colocó sus audífonos en sus oídos y comenzó a ver el paisaje, sería algo tranquilo.

La primera parada, fue aproximadamente una hora después de que el tren hubiese salido de la estación, de las pocas personas que estaban bajaron un par y entraron otras pocas, un señora un tanto extraña se paró en dónde estaba sentado Tuan, sus ropas parecían sacadas de caricaturas dónde la villana usaba las pieles de animales junto con un vestido fruncido, cabello totalmente rizado y un bolso del color de sus labios, le miró de manera extraña y articuló:

-¿está ocupado bombón?- una sonrisa salió de sus labios rojos mal pintados, su voz insinuaba unas malas intenciones, el chico se removió incómodo, estaba tentado a decir que sí, ya que su mochila estaba a su lado.

-Yo...- apenas pronunció, intimidado por la mirada de la mujer, ya que ciertamente ello le había tomado por sorpresa. Mark usualmente no era un tipo tonto que dejaba que lo pisotearan, tenía su carácter y sabía decir no, pero simplemente estaba impresionado, como en un pequeño shock por ver a una persona de ese estilo.

-Sí.- otra voz en su espalda interrumpió el momento extraño que estaba viendo, un chico que parecía peor opción que la mujer cusca estaba detrás, mirándola, como si la corriera del lugar, daba miedo, la señora frunció su rostro, deformándolo aún más y susurrando un 'lastima', el chico de cabello castaño de inmediato se colocó a su lado sin decir nada.

-¿Gracias...?- sonó más como una pregunta que una agradecimiento, el chico perdió su postura extraña y se encogió de hombros.

-No es nada, esa mujer venía molestando a otros hombres en lo que esperábamos la venida del tren.- dijo con simpleza, como si no fuese la gran cosa, el otro elevó una ceja y decidió también restarle importancia.

-vale.- apenas pronunció en un susurró.

-En cuento esa mujer baje me cambio de lugar.- le informó, Mark asintió, no dijo más y supuso que debía seguir viendo a la ventana.

El viaje maso menos volvió a ser normal, sólo había un pequeño detalle, ese chico tenía los hombros demasiado anchos para su gusto, de hecho lo estaba apretando un poco, pero se mantuvo callado, sin decir nada, porque ciertamente no supo que hubiese pasado si esa mujer que tenía aspecto de bruja se hubiese colocado a su lado, prefería estar un poco apretado a haber tenido que oír quizá algunos halagos e insinuaciones, los minutos pasaron y su gusto musical se vio interrumpido por unos ligeros ronquidos, y al voltear lo encontró durmiendo como si nada, no era como que le molestaba, bien, en realidad si le molestaba y mucho, era incómodo, más que nada irritante, porque no le gustaba abusar del volumen de su aparato electrónico, sino no escucharía la estación a la que llegarían y si bien no era de suma importancia hacerlo por ahora, pero le gustaba llevar una idea de dónde se encontraba, por si le llamaban o algo por el estilo, movió sus dedos ansiosos y lo observó con el ceño fruncido.

tren a casa; bmarkWhere stories live. Discover now