Tema 8: Inocencia

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A veces para Ulrich, no había nada más molesto que la inocencia de Odd. Llevaban saliendo más de un año, y hace un mes que el castaño intentaba, mediante indirectas, convencer al rubio de perder juntos la virginidad. Pero para su mala suerte, su novio tenia la inocencia de un niño de 8 años, y por tanto tener intimidad con su amante italiano era como hacer que Jeremie se le confesara a Aelita. Pero hoy era el día, perdería la virginidad con Odd, o dejaba de llamarse Ulrich Stern(N/a: entonces como lo llamaremos? XD).

Mientras tanto, Odd hablaba con Yumi, ya que necesitaba consejos para lidiar con su novio. Es decir, si Yumi sabía como controlar a William, sabría como lidiar con alguien como Ulrich.

-¿Dices que ultimamense te ha comportado raro?-preguntó la pelinegra extrañanada.

-Si, desde hace una semana-relataba el rubio-de pronto empezó a sugerir que durmieramos en la misma cama, que cuando estuvieramos solos en los baños nos ducharamos juntos, empezó a señalar lo mucho que le gustan mis caderas…-empezó a enumerar el rubio, deteniéndose al ver la mirada picarona en la cara de Yumi-¿Qué?-preguntó extrañado, completamente inocente.

-Nada-dijo la japonesa divertida. Odd solo la miró, entre extrañado y preocupado.

Mientras tanto Ulrich, tras discutirlo con Jeremie, había decidido una forma de convencer a Odd de tener relaciones. Con ayuda de Jeremie y Hiroki, quien de hecho solo se ofreció porque estaba seguro de que después Ulrich le daría detalles (N/a: inche huerco precoz XD), reunió todo lo necesario para tener una velada romántica con el rubio. Cuando el italiano llegó a la habitación, se extrañó de no encontrar a su novio, solo una nota en la cama de éste, dirigida a él.

Oddie

Te espero en la Ermita, te daré una sorpresa que seguro te gustará.

Ulrich

Odd, curioso de a qué se refería Ulrich con "una sorpresa que le gustaría", más por el hecho de que en la nota lo llamara "Oddie", decidió averiguarlo, y emprendió el viaje a la Ermita (N/a: no vayas, Odd, te van a violar XD).

Cuando llegó a la Ermita, se dio cuenta que una habitación estaba iluminada tenuemente. Entró en la casa y guiándose por la luz, llegó a la habitación, sorprendiéndose de lo que encontró: la habitación estaba iluminada por velas y candelabros, había un colchón, con sábanas que desde su punto de vista parecían de seda, pétalos de rosas disgregados por todo el cuarto, y para terminar, su Ulrich apoyado junto a la ventana, con un atuendo que quitaba el aliento, pues usaba unos pantalones ajustados, muy ajustados, camisa blanca, cuyos primeros botones estaban desabrochados, mostrando el escultural cuerpo de Stern, y zapatos de vestir negros. Odd no pudo evitar admitir que su novio lucía muy apuesto.

-Hola, mi amor-saludó Ulrich muy sensualmente.

-Ulrich, ¿Qué pasa?-preguntó Odd preocupado e inocente.

-Nada-dijo éste, con el mismo tono sensual, mientras se le acercaba al rubio, antes de rodearlo y abrazarlo por la cadera.

-Entonces, ¿Por qué tanto romanticismo?-preguntó Odd.

-Basta de charla, es hora de pasar a la acción-sentenció Ulrich, antes de darle la vuelta bruscamente a Odd y besarlo de forma igual de brusca, mientras se desvestía a si mismo y a su novio, antes de arrojarlo a la cama.

Hoy perderían su virginidad, y Ulrich no tendría que cambiarse el nombre.

Fin

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