INSIDE: HER [TRILOGÍA "WHO KNOWS" ]

01

Debajo del agua.
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Su sonrisa siempre estaba tendida sobre sus finas facciones, quien lo mirase por primera vez no tardaría mucho en catalogarlo dentro del típico cliché del chico alto, guapo, inglés, jugador de rugby además de baja tangas de la escuela.

Y eso era exactamente, o bueno, algo parecido.

Mika no era odioso o algo por el estilo, solo era que no terminabas de entenderlo por completo, literalmente es como un libro de acción; jamás sabes cuál parte te emocionará más. Es un chico agradable, inteligente y no es popular por ser un imbécil o meterle la cabeza al inodoro a A.J, es popular porque le agrada a la gente. Al menos eso es bueno.

—Un gusto Kendall— dice mientras sujeta mi mano.—, la del trago fuerte.

—Bien, basta de parloteos— Alec se pone en pie del sofá.—. ¡Es hora de que esta fiesta se ponga a tope!

La multitud alrededor de la piscina comenzaba a gritar, me hice un poco hacia atrás, pues supuse que vendrían los saltos a la piscina y se nota que el agua está lo suficientemente fría.

Y así era, exactamente.

—¿No vas a entrar?— Mika, quien permanece a mi lado, pregunta alzando un poco el tono de voz debido al escándalo.

—No traje otra ropa, y esa agua está helada, soy muy friolenta. Mi cuerpo no lo soportará.

—¿Sí sabes que eso es lo de menos?— Oh, claro, si me muero congelada mis padres no llorarán.— Puedes hacerlo en ropa interior, como todos.

Alto ¿que esos no son sus trajes de baño?

—¿Y el frío?— cuestiono con obviedad, mientras este se saca su ropa.

Por la forma en que me mira, supongo que no fue una buena pregunta. Sonríe de manera pícara mientras se quita el pantalón, quedando con unos shorts cortos, como los que usa en los bastidores antes de sus partidos. No me pregunten cómo lo sé.

—No creo que eso sea un gran problema.

Trago saliva, hay cosas con las que no puedo lidiar, entre ellas el contacto... con cualquier sexo, no discrimino.

Desvio la la vista en busca de mi supuesto amigo para darme cuenta de que me hace señas desde la orilla de la piscina, saludandome.

—Bueno... ¿sabes? No creo que esto sea lo mío.

Ríe muy levemente.