Sacrifice ( diabolik lovers y tú)

CAPITULO V: UNA MELODIA PARA SHUU

Al día siguiente la monotonía empezaba a envolverla, ninguno de los hermanos había aparecido en su habitación y la había atacado, después del día de compras con Subaru millones de preguntas empezaban a florecer

¿Porque no la había mordido si tenía la oportunidad?
¿Antes de ella... había otra chica?
¿Quien era? ¿Y qué tan importante era para los Sakamaki?

Suspiro resignada, la verdad es que después de tantas extrañezas en su mundo no tenía mucha imaginación como para pensar en otra pobre chica en las garras de aquellos temibles vampiros

Mei no era tonta, por la forma que los Sakamaki reaccionaban ante la "anterior chica" era obvio que les importaba

Aunque... posiblemente ya estaba muerta

La idea le daba escalofríos, ¿ese también sería su final?

Estaba cansada de estar encerrada en su cuarto mirando hacia el techo, no dejaba de pensar en las posibles muertes que le esperaban al lado de los Sakamaki

Salió por el pasillo y decidió investigar un poco la mansión, era demasiado grande, en el ala más alejado había una puerta con madera negra, posiblemente incendiada y un enorme candado

Antes de dar por terminado su tur lo encontró... el lugar perfecto para terminar con sus lamentos

Era un piano

A pesar del polvo que lo cubría ante sus ojos era perfecto

Pasó su mano por las teclas

Se sentó frente a él y con una sonrisa en el rostro tocó la primera tecla

El sonido fue gratificante, aunque su tío jamás le dejó participar en entrenamientos de cazador como sus primos al menos le permitió aprender a tocar un instrumento

Deslizó sus dedos con calma, casi danzando sobre las teclas, cerrando los ojos para disfrutar de tan placentera melodía, se sentía en trance siendo guiada por el gratificante sonido

Con un sobresalto tocó la tecla equivocada causando un horrible eco

— ¿Shuu?— murmuró mirándolo alarmado

Estaba en su regazo, con su cabeza acuñada entre las piernas de la menor, con los ojos cerrados y uno de sus audífonos colgando

— cállate ruidosa— gruño por lo bajo— sigue tocando

Se sorprendió ligeramente, aún así decidió obedecer, las cosas eran más pacíficas cuando les obedecía

Con las manos ahora temblando empezó a tocar, la relajación que sentía anteriormente se había esfumado por completo. Fallo en dos teclas y el sonido no fue muy agradable, se sentía demasiado nerviosa como para dar lo mejor de sí en el piano

Una equivocación más y ya tenía las frías manos de Shuu envolviendo las suyas

Se sobresaltó al sentirlo tan cerca, tomando su mano con fuerza

— eres un desastre— murmuro aún con los ojos cerrados

—y-yo no...— prefirió permanecer en silencio

— mereces un castigo— gruño por lo bajo— no te muevas

Llevó su mano derecha hacia sus labios, la mantuvo frente a su rostro por un instante antes de dirigírsela a sus labios

Mei se mordió el labio para evitar que alguna queja saliera de él cuando sus colmillos se clavaron en su piel

La sensación de ser dominada en aquel momento la hacía sentir muy inferior, ahora mismo Shuu era su amo, y lo alimentaba sin poder oponerse

Él abrió un ojo divertido, esperando encontrarse con un rostro desesperado y contraído por el dolor
Pero la chica no se movía, respiraba con calma tranquila, intentando pensar en otra cosa que no fuese su sangre extraída

A Shuu no le gusto mucho verla tan serena, se sentía de cierto modo... ignorado

Clavo con más fuerza los colmillos, la chica dio un respingo y soltó por fin un quejido, el sonrió retirando su mano de sus labios con claros rastros de sangre a sus costados

—veamos si aprendes a tocar mejor, ruidosa — especto con burla

Y por un pequeño segundo, una gota de sangre cayó en una de las teclas del piano... últimamente cada una de sus pasiones, era más sangrienta

(...)

El trayecto al instituto fue en silencio, llevaba consigo la bufanda que Subaru le había dado, lo último que quería era que vieran aquellas marcas

Las clases habían sido de lo más monótonas y como de costumbre, su albino compañero la había dejado atrás

Maravilloso

Estaba saliendo del baño cuando la tomaron por la espalda y pusieron una mano en su boca para que no gritara, imagino que sería uno de los hermanos sakamaki, pero valla sorpresa se dio

—si que eres fácil de atrapar— murmuro burlón si atacante

—¡Caules!— exclamó sorprendida

No esperaba encontrarse con su primo nunca más

— valla que eres delicada— al tomar su muñeca noto que hacia una mueca de dolor, con burla empezó a subir la manga de la chaqueta dejando expuestas las marcas de colmillos— te tratan bien

— ¿qué quieres?— dijo firme soltándose de su agarre de forma violenta

— padre me ha mandado a echarte un ojo, ya sabes— dijo burlón— está preocupado

—ja— río ella—¿preocupado?

— me mando un mensaje— la miró a los ojos— o más bien una advertencia

—¡yo ya no tengo nada que ver con ustedes!— refuto intentando escapar

— recuérdalo con atención Mei... porque no lo voy a repetir— el hecho de que la llamara por su nombre le causó escalofríos— no le entregues tu corazón a ninguno de ellos... a no ser que quieras condenarte

Se miraron unos momentos, ¿entregarles su corazón? En si no entendía muy bien si lo decía de manera literal, pensar en algo retórico era absurdo, era solo un alimento en aquella mansión, jamás entregaría su corazón, no por voluntad propia

— yo decido cuando me condeno y cuando no— exclamó rabiosa— es mi vida, y aunque sólo puedo controlar una parte... no quiero influenciarme de ustedes...

— piénsalo bien — dijo el chico viéndola marchar— la muerte no lo peor que puede pasarte...

— la soledad — dijo aún dándole la espalda— Caules... déjame en paz

El chico rechisto y la miró de reojo

— cuando tú destino esté manchado de rojo... estaré complacido de verte sufrir