CAPITULO VI: EL CASTIGO DE REIJI

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Había llegado tarde, demasiado tarde para decir verdad. Con la mirada gacha se dirigió a su asiento al lado de Subaru en la limosina, podía ver el odio desbordando de Reiji al otro extremo

Después de encontrar tirarse con Caules había faltado al resto de clases, y por la mirad que le daba el de lentes era obvio que ya estaba al tanto, solo esperaba que le diera un nítido sermón y la dejase en paz, ahora en lo único que podía pensar era en esa casta advertencia, Caules no gastaría su tiempo en ella si no fuese importante, así que no podía tomárselo a la ligera

Su peor pesadilla inició en cuando bajaron de la limusina y se dispusieron a ir a sus habitaciones

— Mei— murmuró serio y autoritario el de lentes— te espero en mi oficina en diez minutos, ve a cambiarte el uniforme

Mei con un suspiro asintió, ¿para que desafiarlo? Era obvio que le iría peor

Subió las escaleras con pesadez, intentando hacer tiempo, no quería ni imaginar que le pasaría estando con Reiji a solas, el siempre se mostraba serio y frío pero había algo en el que le advertía del peligro inminente que era estar cerca suyo

— fufufufu~

Raito ya la esperaba recostado en la puerta de su habitación, le miraba burlón

—no estoy de humor— añadió la chica sin mirarse con intención de seguir derecho hacia su habitación

— no seas Tan gruñona— de un rápido movimiento ahora la aprisionaba contra la puerta

La chica se sonrojó ligeramente al notar que estaba demasiado cerca, sus rostros estaban a pocos centímetros

—p-por favor déjame— susurro con las mejillas rojas de la vergüenza

Raito río ligeramente, relamiéndose los labios. Mei cerró los ojos con fuerza al notar que la mano del pelirrojo ahora jugaba con el dobladillo de su falda, su rostro estaba completamente rojo, nadie nunca se había atrevido a insinuarse ante ella de esa manera Tan vulgar y descarada

— eres tan tierna— se mordió el labio mirándola sonrojado— esa expresión es muy provocadora eh inocente...

Su mano intentó deslizarse por dentro de la falda, estaba ansioso por descubrir que tantas expresiones podía sacar de esa dulce mirada

— ¿cuantas veces tengo que decirles a Ayato y a ti que realicen ese tipo de actividades en su habitación?— cuestionó haciendo aparición el segundo hijo— se supone que Mei debía de estar en mi despacho hacía más de cinco minutos

— Neee~ no seas tan cruel Reiji—ronroneo el pelirrojo— Mei-chan y yo nos estábamos divirtiendo juntos

— Raito...— la voz sonaba desbordando amenaza

— eres tan irritante cuando quieres— bufo el del sombrero al fin dejando de presionar el frágil cuerpo de la chica— no te me escaparas luego

Con un último guiño seductor Raito desapareció

—te quiero ya en mi despacho— la palabra "Ya" sonó incluso más fuerte que el resto

Con un leve asentimiento la chica se dispuso a seguirlo, ni un solo minuto de tranquilidad, eran sin duda un montón de problemas uno tras otro

Cuando Reiji pasó por la puerta de su despacho, un muy mal presentimiento se instaló en su pecho, ¿de verdad iba a entrar? Sus piernas no querían, se entumecían con el solo intento de pasar al umbral

— Mei...— aunque no la miraba a los ojos era obvio que se trataba de una advertencia

Tomó valor y entró al fin al despacho, cerrando tras ella

Sacrifice ( diabolik lovers y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora