Problemas en el paraíso ⇾Yoonmin ˗ˏˋBOOKSMUTˎˊ˗

08: «allí» y a donde sea.

Pov Jimin

Siempre era tarde cuando llegaba a casa en las noches, las luces apagadas y los cuartos vacíos me recibían. La mayor parte del tiempo Hoseok iba a buscarme al consultorio, pero algunas veces sólo me decía que tomara un taxi y cuando lo hacía y llegaba a casa él nunca estaba.

Me preguntaba si seguir sintiéndome mal era una opción para mi, ya han pasado años desde que estamos en lo mismo, había hecho hasta lo que estaba fuera de mis manos para salvar lo poco que quedaba de lo que teníamos. Trataba de cambiar mi apariencia, pero él nunca lo notaba, le preparaba cenas románticas sorpresa que siempre terminaban frías y conmigo esperando hasta tarde en la madrugada, trate de ir a terapias de pareja (y sí, en plural porque la del doctor Min no era la única a la que habíamos asistido)para tratar de mejorar en la última opción que tenía, pero él ni siquiera caso me hacía.

Me sentía tan solo todo el tiempo, como si fuese el único tratando de remar en un bote en el que ambos estábamos subidos, haciendo todo el trabajado, cargando con todo aquel peso, y él... Él sólo estaba allí, en un supuesto matrimonio tan sólo para poder ganarse el derecho de decir que estábamos casado y que por ello tenia derecho a la otro mitad de nuestra empresa.

O más bien, para que nuestra alianza mantuvieran estables a las acciones.

Era tan obvio lo que él me hacía, y yo me veía tan tonto haciéndome el ciego todo el tiempo, haciendo de cuenta que no sé nada mientras ellos se ríen de mi, a mis espaldas.

Y lo peor era que ni siquiera me importaba, aunque al antiguo Jimin esto tal vez le haya dolido en el pasado, a mi me daba igual, de todas formas nos estamos engañando los dos ¿no? así que estamos a mano.

El caso era que siempre se trató de un negocio, él y yo nunca tuvimos algo real, pero nadie sabía eso... aveces pensaba que ni nosotros estábamos conscientes de lo falso que era nuestro matrimonio y fingíamos tanto todos los días, que empezábamos a convencernos el uno a al otro.

Escuché el teléfono sonar algo lejos, tuvo que hacerlo varias veces para que le prestara atención y saliera de mis pensamientos.

Restregué mi cabello y me incline del otro lado del sofá para tomarlo con desgane.

-¿sí?- hablé con la voz algo cansada, por lo que lo primero que él preguntó fue si estaba bien.

-¿doctor Min?- pero la sorpresa de recibir su llamada había centrado toda mi atención en ello y no en contestar a su pregunta pasada.

-si, soy yo, espero que no te haya molestado que te llame a estas horas...

-para nada...-respondí tomando el teléfono con ambas manos, como si tratara de colgarme de este para que no se fuera, él realmente no tenía idea de que me había salvado.

-aún sigo preguntándome si estás bien...- dijo en un tono de voz muy dulce y sonríe sintiendo un nudo formarse en mi garganta porque no lo estaba, y que me lo preguntara hacía que quisiera estallar en llanto.

Respire profundo y asentí para mi mismo.

-ahora si lo estoy...

-¿ósea que antes no lo estabas? ¿Qué ha pasado?- continuó preguntando interesado, y negué como si él me estuviese viendo.

-son tonterías que no dejó de pensar. Es un problema cuando piensas demasiado...

Lo escuché suspirar del otro lado de línea -dímelo a mi- dijo divertido -pensar tanto me ha tenido tan alejado de la gente, y es que cuanto mas piensas menos sentido tienen las cosas, mas complicadas se vuelven...- asentí ante lo que él decía -.Por eso las personas que piensan mucho nunca son felices... siempre viven complicándose ellos mismos la vida, por ejemplo yo- hablo y comenzó a contar una anécdota -una vez me gustaba mucho un muchacho cuando iba en la escuela, nunca se lo dije, todo el tiempo estaba tratando de hallar "el momento indicado" "las palabras correctas" y mientras más lo pensaba, más lejos me veía de lograrlo, más contras les hallaba a mis planes ¿y sabes qué pasó?