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Toda historia negra tiene su comienzo rosa.

Después de todo, antes de un terremoto los parques están llenos y las personas completamente vivas.


Lunes, 23 de Septiembre
2:21 AM

Son las 2:21 de la mañana y yo estoy aquí, tratando de terminar la idea revolucionaria que tenía para mi primer ensayo de universidad.

Brillante idea, Reed.

Mis ojos pesan, mis dedos se acostumbran al movimiento sobre el teclado que casi ni tengo que tener los ojos abiertos para lograr escribir. Mi cabello en una media cola, despeinado por el cansancio y el aburrimiento. ¿Cómo describir los ámbitos de la personalidad en siete mil palabras? Ni siquiera lo sé y el contador dice que voy en la palabra 93, incluyendo mi nombre, apellido, fecha, asignatura, profesor, y nombre del ensayo.

Genial.

Lo único que pasa por mi mente es: ¿me voy a dormir o sigo trabajando para adelantar? Este ensayo se entrega en dos semanas, ¿por qué terminarlo ahora?

Dedico una rápida mirada a mi horario. Oh mierda, dice: terminar ensayo dos semanas antes para que no se junte con las pruebas y mi tiempo libre ni vida social. Ni siquiera sé si tengo vida social. Una chica que escribe un ensayo que es para dos semanas más a las 2:26 AM no tiene vida social.

Llevo tres semanas en esta universidad: TRES; y no he hecho más de cinco amigos: mis dos nuevas mejores amigas: Rachelle y Kristen, mi nuevo amigo: Mickey, mi compañera de habitación y el entrenador del equipo de Football, que resulta ser mi hermano mayor. ¿Cuenta como amigo? Ni siquiera lo sé. ¡Tengo demasiado sueño!

Estoy hablando tonterías, estoy balbuceando. Como diría Kenya, mi hermana: las niñas que balbucean se ven feas y tontas. No es un dicho tipo wow, pero es lo que siempre me decía cuando hablo rápido, cosa que es lo que estoy haciendo ahora. Problablemente ya dejaste de leer esto ya que es solo los pensamientos de una chica de 18 años, sin vida social, a las... 2:30 de la mañana.

Que patética soy.

Seriamente Eider, ¿por qué no te vas a dormir? Le harías un favor a todas las personas que están leyendo tus estúpidos pensamientos que tuviste en el momento menos creativo de tu existencia.

Bueno, si no les gustan mis pensamientos locos, se la aguantan.

Mi nombre es Eider Reed. Sí, Eider. Se pronuncia "i-der", aunque nadie ha logrado pronunciarlo como se debe. Mi mamá le gustaba poner nombres extravagantes ya que ella tiene el nombre más sencillo de todos, por lo que no quería que sus hijos pasaran por lo que ella pasó: tener que aguantarse que la llamaran "Sofía 3".

"¡Sofía 3! ¿¡Por qué no podía ser Sofía 1!? Tenía que ser Sofía Hitcherson la Sofía 1, solo porque salía con Ray Jacobs. Yo habría sido una excelente Sofía 1".

Si, ese es el trauma de mi mamá: tener el mismo nombre que otra persona. Por ende, nosotros, los cuatro hermanos Reed, tenemos nombres extraños.

Edric Reed, el mayor. Entrenador de los Longhorns, el equipo de football. Me gustaría decir que es patético, pero de hecho, gana más que todos nosotros.

Kenya Reed, la siguiente. Conocida por creer en el horóscopo y afirmar que toda esta fascinación loca de mamá es porque es Capricornio, un signo de tierra. O algo así, realmente nadie la escucha. Es muy pacífica, y sobre todo, desordenada, cosa que detesto.

Luego vengo yo, Eider Reed, su servidora aquí presente, que a las 2:38 de la mañana les está hablando ya que es una obsesiva-compulsiva con el trabajo. Soy genial. Me considero parte de las mejores de los Reed.

HABITACIÓN 219Donde viven las historias. Descúbrelo ahora