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Ese es Jake.


Lunes, 14 de Octubre
1:21 AM

Todos los socios comenzaron a aplaudir con la mirada fija en una esquina del patio trasero.

Tienes que irte de ahí ahora, Eider: esto no me da buena espina.

Pero no podía, ya que Liam me sujetaba fuertemente por la cintura, señalándome la tarima en donde subía un hombre.

Jake.

No podía distinguirlo bien, pero no dudé en intentar apartarme los más posible de Liam para sacar mi pistola y matarlo.

¿El problema?

Él también tenía una.

—Mátalo antes de que te mate —me susurró Liam en la oreja para luego alejarse de mi.

La bala impactó mi hombro, para luego otra impactar mi pierna.

¡EIDER!

¿Justin?

Los socios se reían, se burlaban, me señalaban, gritando a coro mi número.

¡Cuatro! ¡Cuatro! ¡Cuatro!

Nuevamente, fijé mi mirada en Jake. Era como una sombra, una sombra que me saludaba con su mano sonriendo. Una sombra, eso es lo que era.

Con lentitud y manchada de mi propia sangre, luchando por mantenerme de pie, saco una flecha. Esta estaba completamente roja debido a mi sangre, pero logré, con muy poca velocidad, colocarla perfectamente, tensando la cuerda y apuntando a aquella sombra.

—Rocky Balboa —susurré antes de soltar la flecha, cual impactó el pecho de la sombra y ocasionó el alboroto de todos los socios. El quejido de mi peor enemigo fue el sonido más satisfactorio que he escuchado, y debido a la sangre que perdía, lo único que escuchaba—. Le gana a Apollo Creed.

Sangre salió por mi boca, y fui agarrada por Liam, quien me hablaba y susurraba cosas en el oído, pero ya había cerrado los ojos.

Vas a estar bien, Eider. Abre tus ojos, linda, ábrelos. No me puedes dejar ahora. Eider... Eider te amo... Eider por favor... Eider te amo tanto, perdóname perdóname.

Pero esas palabras no eran ahora, era un recuerdo. Liam dijo esas palabras hace muchos años, una noche igual a esta, bajo la luna, con mi coche en llamas y yo, sangrando por todas partes y con vidrios enterrados.

Solo repitió su lamento.

Liam intentó salvarme la noche del 27 de Diciembre, terminando por perder su pierna en el proceso. Él me ama, de verdad me ama.

Y yo lo amo a él.

Siempre lo hice, y siempre lo haré.

Liam es y será el amor que siempre quise, que tuve, que perdí, y que volví a recuperar.

—Está bien —le susurro a Liam al abrir mis ojos. Sus lágrimas impactan mis mejillas, como si ambos lloráramos juntos—. Está bien, Liam. No duele... No duele...

HABITACIÓN 219Donde viven las historias. Descúbrelo ahora