Capitulo 02.

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"Necesitaba saber más de ella."

21 de Enero.

—¿Te faltaron algunas personas ayer, eh? —Pregunta Anteros retóricamente, con la lista del día anterior en una mano y en la otra su café.

—Si, se me hizo algo tarde. —Contesta mirando las grandes ventanas, hoy estaban desayunando adentró.

La noche de ayer había sido la peor para el sueño de Cupido, si bien tenía insomnio, él solía dormir al menos unas cuantas horas, pero esta vez no había podido dormir siquiera un poco.

No lograba sacar de su mente a la chica que había visto, no paraba de pensar en ella. Lo hermosa que era, su cabello rojo, sus pecas, su sonrisa apagada y sus lindos ojos azules llenos de tristeza, como empezaban a salir lágrimas de ellos, sus sollozos...

Y cómo se atrevió a rozar sus alas, y lo cálido que se sintió ese roce...

Necesitaba volver a verla.

Cupido se levanta, dejando su sándwich a medio comer al igual que su jugó de naranja.

—¿No vas a terminar de comer? —Dice señalando la comida.

—No tengo hambre. —Tomó la lista de ese día juntó con su arco.

Anteros menea la cabeza en negación. —Que problema con tu falta de apetito, ahora nunca quieres comer. —Cupido le rodó los ojos, con pereza. —No me tuerzas los ojos! —Le regaña. —Llévate la lista de ayer también, para que fleches a quienes te faltaron.

Cupido toma la lista y sale de la casa tan rápido que no le da tiempo a su hermano de despedirse.

Anteros se queda mirando la puerta por la que había salido su hermano confundido, pero luego deja unas risas salir de su boca. —Tiene muchas ganas de flechar hoy, al parecer. —Suelta otra risa y bebe de su café.

—El joven Cupido es una muy buena persona. —Habla la señora Agatha mientras limpia el mesón, una sonrisa plasmada en sus labios.

Anteros se lleva un leve susto al escuchar esa voz, no sabía que ella estaba ahí. —Señora Agatha... —La nombra al voltear a verla. —Eso lo sé, pero ¿A qué viene su comentario? —Preguntó, nunca la había escuchado hablar bien de su hermano, tampoco la había visto hablando con él antes, así que le extrañaba esto.

—Sus acciones. —Aclara. —El ser bueno con personas a las que no es cercano ni muchos menos sin recibir nada a cambio... Es una de sus virtudes. —Su sonrisa se vuelve más grande, Anteros también sonríe, sabía que esto era verdad. —Pero, no sé, me parece que su felicidad le ha sido arrebatada, como si le faltará una parte de si mismo... —Su sonrisa desaparece poco a poco.

Anteros la mira con el ceño fruncido, molestándose ¿Quién se creía ella para decir si su hermano es feliz o no? Y esta a punto de insultare por decir eso, hasta que la imagen de los ojos apagados de su hermano aparece en su mente, en ocasiones hinchados, su frecuente falta de apetito, las pocas veces que salía de su cuarto cuándo no tenía que trabajar, él siempre ignoraba esos detalles y solo lo enviaba a flechar personas, sin importarle sus notorios bajos ánimos...

¿Cuán desconsiderado estaba siendo? ¿Qué tan mal se sentía su hermanito?

Pero sin embargó, sacudió su cabeza ignorando todos esos pensamientos, pareciéndoles ilógicos y se limita a decir:—Mi hermano es feliz. —Se levanta de su silla poniendo sus brazos en el mesón y quedando en frente de ella, como es mucho más alto que la señora luce intimidante a los ojos de esta. —Le recomiendo que cuide sus palabras y no ande diciendo cosas que no son ¿Si?

Cupido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora