Capitulo 05:

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"Se acercó lentamente y se sentó en una esquina de la cama, el olor a medicina invadiendo de inmediato sus fosas nasales."

Luego de caminar unos cuantos kilómetros y quedarse media hora hablando con una vecina, Layna llegó a su casa con deseos de darse una ducha caliente y dormirse arropada hasta la nariz, el frío estaba fatal.

Golpeó la puerta, normalmente le abrían apenas le escuchaban los pasos, pero esta vez no fue así.

Volvió a golpear, pero seguían sin abrirle.

Golpeó una y otra, y otra vez pero aún nadie le abría.

Arrugó las cejas ¿Qué pasaba? Podía escuchar las voces de sus familiares, pero al parecer nadie le quería abrir.

Chasqueó la lengua, fastidiada, tiro su mochila al suelo y se agachó para buscar sus llaves, moviendo a un lado todo lo que había en su mochila para encontrarlas, por eso prefería tocar la puerta, era toda una jodida odisea encontrar algo en su mochila, ¡Habían demasiadas cosas ahí! incluso algunos libros de la universidad que había olvidado sacar temprano.

Movía y movía cosas pero no encontraba las llaves, así que uso aquel viejo truco que todo el mundo usaba cuando no encontraba sus llaves, levantó la mochila y la agitó para ver si oía el sonido de las llaves moviéndose. Suspiro aliviada al escucharlas en lo profundo de la mochila, metió su mano hasta ahí, y se sintió victoriosa al finalmente tener su preciado juego de llaves con un llavero de gaticornio en sus manos.

Se levantó del suelo y abrió la puerta, lo primero que vio al entrar fue a su hermana mayor sentada en un sillón con mala cara.

—Gracias por abrirme. —Dijo con sarcasmo mientras cerraba la puerta.

Su hermana la fulminó con la mirada, no tenían la mejor relación. -¿Crees que tengo cabeza para abrirte a ti cuando mi abuela está arriba tan mal?

Al escuchar eso, sus ojos medio cerrados por el sueño se abrieron de par en par.

Una punzada sintió en el pecho.

Miles de cosas pasaron por su cabeza.

Se quitó los tacones dejándolos tirados junto a la puerta al igual que su mochila y comenzó a subir las escaleras corriendo, sus pensamientos rodaban en un círculo sin fin. Llego al segundo piso y se dirigió a la habitación en donde su abuela pasaba la mayoría del tiempo, pero su madre recostada juntó a la puerta la detuvo.

—¿Cómo está? —Preguntó, su voz temblaba con miedo a la respuesta.

—Siendo atendida por el doctor. —Contesto la mujer mientras se abanicaba con una mano, su rostro lleno de cansancio, y sudor.

Oh, bueno, quizás no era esa la respuesta que esperaba.

Se asomó por la puerta medió abierta de la habitación, adentró estaba su abuela acostada junto con el doctor inyectándole algo, su maletín estaba abierto en la cama y al lado de el estaba un bolso también abierto con un montón de medicinas que con solo ver, ya sabía cuáles eran y para qué servían.

Y si había inyecciones, debía haber sucedido algo grave.

—¿Qué fue lo que pasó? —Susurró, tratando de ser más específica con esta pregunta.

Y cuando su madre estaba apunto de contestarle, el doctor salió de la habitación.

—Ya se quedó dormida. —Informó. —Señora Katherine ¿Me acompaña un momento? —Preguntó señalando el interior de la habitación.

La mujer asintió y entró con el doctor, Layna la siguió para entrar también pero su madre le cerró la puerta en la cara, no le extraño, ella nunca quería que escuchara sus conversaciones con el doctor. Pero, esta vez era distinto, necesitaba saber que había pasado.

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2020 ⏰

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