Como cada día el frío inundaba su habitación. Lo cual para el de cabello bicolor era irónico, debido a que él no sentía el gélido ambiente al cual estaba tan acostumbrado.La amplitud de su hogar se sentía mayor a lo que en realidad era debido a la soledad en la misma, desde pequeño sabía que una casa grande no llenaría sus espectativas, pero como era lo único que conocía no sabía cómo se llenarían, además de superando al cruel viejo que tenía por padre.
Después de todo Todoroki Shoto no contaba con muchas expectativas, su único objetivo era ser el mejor en su carrera, carrera que ni siquiera eligió si no que se le fue impuesta desde que nació. Pese a eso se esforzaba, sin importarle que tanto miedo le causará a los demás en el proceso de ser el mejor, arrinconadolo en una soledad perpetua...
Hasta que escuchó aquella melodía
Un hermoso vaivén de notas acompañadas de una hermosa sonrisa.
Ese día estaba plasmado en su memoria, el gélido invierno estaba haciendo su más contundente acto de presencia, las ventiscas glaciales y las constantes nevadas ayudaban a que las calles estuvieran vacías en su totalidad.
O eso pensaba él.
Su andar ligero por las calles de Tokio se detuvo al escuchar el constante tarareo de alguien a la distancia, que a juzgar por su angelical voz era una joven.
Sintiendo la intriga recorrer su mente su cuerpo se movió involuntariamente en su dirección, guiado por las dulces notas que se desprendían de la garganta de la fémina.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca no tardó en distinguirla. Uraraka Ochako, una de tantas compañeras de clases en la UA. La admiró un rato, la chica de castaños cabellos jugaba con la nieve a su alrededor haciendola flotar en diversas y divertidas figuras.
Una extraña calidez se situó en su pecho en cuanto sintió los hermosos ojos de la castaña en él, dándole un enérgico saludo y una afable sonrisa.
De un incómodo saludo pasaron a una tímida conversación sobre la helada época del año. Sin embrago un pensamiento venía rondando la cabeza del bicolor desde hacía un rato.
-¿Que era eso que cantabas hace un momento?- Cuestionó intrigado, no entendía como una canción tan acogedora podía ser cantada en un ambiente tan... Helado.Los orbes chocolate lo miraron curiosa, algo de duda se situó en su mente al entender la duda de su compañero, finalmente le pregunto- Todoroki-kun ¿Acaso nunca habías escuchado un villancico?
- La verdad no estoy familiarizado con la música en general.- veía con extrañeza y un poco de diversión como el rostro de la contraria se transformaba en una mueca llena de duda y molestia.
-¿Eso significa que nunca has escuchado música navideña? ¿Y qué tal el Blues? ¿O Rock? El Pop es más popular ¿De verdad nunca lo has escuchado?
Curiosa
Esa era la definición ideal de la chica frente a él, luego de explicarle las exigencias de su padre en cuanto a su educación, haciendo énfasis en la cuestión de la música y la particular prohibición de la misma.
Al entender aquella cuestión educacional la castaña se sentía entre culpable y curiosa ¿Cómo sería su reacción ante las lindas melodías que ella solía escuchar? En un arrebato de inquietud sacó su teléfono y sus auriculares de su bolsillo, luego de conectarlos y entregarle uno de los audífonos al chico rebusco su biblioteca un par de canciones. Al momento de darle play se fijo en el rostro del de cabello bicolor.
A medida que la pista avanzaba su rostro se transformaba, cerraba los ojos, se relajaba, se dejaba llevar por las melodías e incluso llegó a sonreír.
Sonrisa que causó una aglomeración de sangre en las mejillas de la castaña.Desde ese día, luego de intercambiar números, Ochako le enviaba una canción todas las noches y al día siguiente hablaban de ella, de su tonalidad, su letra y de los sentimientos que podían llegar a transmitir gracias a ella.
De la misma forma Todoroki notaba como todo cambiaba gracias a la chica de orbes chocolate.
Todo cambiaba, se transformaba. Al igual que el quirk de la chica, su presencia y sus palabras lo hacían flotar. Su juicio ante el mundo cambiaba en su presencia y las canciones que compartían se convertían poco a poco en su mayor tesoro.
Y no era para menos, Todoroki empezó a gustar de la música porque en lugar de pensar en las hermosas letras de las canciones, pensaba en las chocolatosas orbes de Ochako, en su singular y traviesa sonrisa, en como sus mofletes se inflaban cada vez que se molestaba, en los sonrojos que se le escapaban cada vez que él sonreía... Y eso era más hermoso que cualquier melodía.
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Mi Curiosa Melodía
FanficShoto no tiene ni la más mínima idea de la música. Ochako ama ver su rostro transformarse ante la misma. ❤Todochako. ❤Anime: Boku no Hero Academia. ❤ One-shot. ❤ Historia original.