Prologo

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Mi nombre es Erika, soy una estudiante de segundo año de preparatoria. También soy consciente de que soy más friki que el resto de mis compañeros de clase. Desde que me interesé en los videojuegos y el anime, entre otros pasatiempos otaku, les he dedicado más tiempo que a mis estudios.

Mis padres saben esto sobre mí y se rindieron conmigo hace tiempo. En su lugar, mandaron a mi hermana a una famosa preparatoria en un intento de "asegurar su futuro". Pero fue demasiada presión para ella. Los estudios la sobrepasaron y se convirtió en una adolescente problemática. Por un tiempo, toda la familia fue miserable.

Pero una salvadora apareció para salvar el día: Yo.

Ella siempre estaba frunciendo el ceño y hablándole mal a todo el mundo, pero yo tenía un ingenioso plan bajo la manga: le sugerí que intentara jugar a un juego, uno popular. Era un simulador de citas yaoi, el tipo en el que tienes que ir a citas con chicos monos.

Cuando estábamos creciendo, mis padres siempre me daban todo lo que pedía, pero ella nunca recibió el mismo trato. Ella quería la libertad que yo siempre tuve. Soy una especialista cuando se trata de diversión, así que ella estaba interesada en el juego que sugerí, tal vez solo porque sabía que soy una autoridad en la diversión. Ella misma me lo dijo más tarde.

Cuando estoy deprimida o tengo momentos tristes, cuento con mi mejor amigo "Pochi". Él es una mascota, un perro o un gato, y cuando me ve triste se acurruca a mi lado y juega conmigo. Le enseñé a hablar y algunos trucos, como por ejemplo, tocar un mini-tambor que le regalé. Cuando le doy con un palo para que suene, Pochi empieza a dar cabezazos contra el tambor, es muy gracioso y tierno de su parte.

En mis ratos libres, suelo jugar a un juego de rol en el móvil, ya que no tengo amigos en mi instituto, me entretengo sola o enseñando algún truco a Pochi.

En este momento, me encuentro cruzando la calle en un semáforo. Faltaban 3 segundos para que el semáforo para peatones se pusiera en rojo, así que no pensé que fuera un problema.

Escuché un fuerte ruido. Al parecer, era un enorme camión que se me acercaba a toda velocidad.

Estoy en el suelo, viendo mi cabeza sangrar, se me nubla la vista, siento un fuerte dolor por el cuerpo, apenas puedo mantener mis ojos abiertos y escucho gritos

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Estoy en el suelo, viendo mi cabeza sangrar, se me nubla la vista, siento un fuerte dolor por el cuerpo, apenas puedo mantener mis ojos abiertos y escucho gritos...

Estoy en el suelo, viendo mi cabeza sangrar, se me nubla la vista, siento un fuerte dolor por el cuerpo, apenas puedo mantener mis ojos abiertos y escucho gritos

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¿Fui reencarnada en una hormiga?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora