CAPITULO 17

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Esa noche no dormí, las sabanas se me pegaban del calor que hacia en aquel cuarto así que lentamente busqué el interruptor de la luz en la pared. Cuando di con el iluminé aquella estancia y me quité las sabanas.
-Misare..-susurré.
Suspiré levantando la cabeza de la almohada y miré hacia la cama de Misare.
¿Donde estaba?
La cama estaba sin tocar, no habia pasado la noche ahí.
Busqué mi movil en la mesilla y miré la hora.
7:00
De golpe me levanté de la cama y me encaminé hacia la puerta.
La abrí lentamente y entonces logré escuchar unas voces.
-Eres mejor de lo que yo pensaba-la voz de Misare fue la que reconocí principalmente.
¿Con quien estaba?
-Creo que con tantos movimientos que me has enseñado a hacer no podré moverme en meses.
Aquella voz...¡El hijo del lider!
Asomé lentamente la cabeza y los vi apoyados en aquel ascensor cerrado.
-Tienes que irte-sonrio ella con nerviosismo-dentro de dos horas empieza la competición.
Él asintió y se alejó de ella unos metros para volver a parar.
Rapidamente meti la cabeza en el cuarto antes de que llegara a verme y seguí escuchando.
-Gracias por ser diferente.
Fruncí el ceño y cuando escuché unos pasos cerre la puerta y me introduje en la cama.
En cuestión de segundos se abrió de nuevi aquella puerta y con total sigilo Misare se  metió en la cama.
De reojo observé como tocaba su movil hasta que comenzó a sonar en modo alarma.
-¡A despertar!-dijo con tono alto comenzando a bostezar.
¿Que me ocultaba?
Me levanté lentamente de la cama y la observé detenidamente.
Ella me sonrió y caminó hacia el baño.
-¿Duermes con ropa deportiva?-pregunté.
Ella frenó en seco y agachó con nerviosismo su cabeza observando su chandal.
-Estaba demasiado cansada para quitarmelo-mintió cerrando la puerta del baño.
Me volvi a sentar en la cama e intente pensar en otra cosa que no fuese que mi mejor amiga me estaba mintiendo y seguramente liandose con el hijo del lider.
¿Que es lo que queria? ¿Quitarme el puesto de jefa de grupo?
Me puse de pie y abrí el armario observando mi traje de competición.
Un traje gris que cubría todo el cuerpo con matices amarillos con una pequeña insignia de un triangulo invertido diferenciandome del resto de mi grupo.
Lo acaricié y miré hacia el baño. No iba a dejar que nadie me arrebatase el puesto.

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