Si te vas...

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En un modesto hotel de Barcelona

Irene entró a su habitación y cerró la puerta con fuerza. Estaba furiosa. Si estuviera en sus manos cogería un ave a Madrid ahora mismo, pero tenía otro debate mañana, en el que sorpresa; también estaría Inés. Joder. Que ganas tenía de acabar la campaña. Por suerte el de mañana era el último debate antes de las elecciones y ya no tendría que volver a ver a la catalana. Esta vez de verdad.

Recordó las palabras que le había dicho hace tan solo unas horas. "Eres la primera mujer con la que me voy a la cama, Irene".

Maldita "heteropero". Estaba tan enfadada. No se podía creer que Inés fuera tan capulla. No quería volver a saber nada de ella.

Necesitaba hablar de esto con alguien, desahogarse, pero no podía. Confiaba en muy pocas personas y todas ellas odiaban a Inés. En lugar de intentar entenderla la juzgarían y ahora mismo era lo último que necesitaba. Si aunque sea pudiera poner una simple indirecta en sus redes sociales... pero tampoco. Una política no podía hacer esas cosas. O si...

Finalmente decidió encender el ordenador. Necesitaba desconectar de su vida y ver una serie era siempre lo que mejor le funcionaba. Puso un capítulo de "Orange is the new black" y se acomodó en la cama del hotel.

En otro lugar de la ciudad...

Inés llevaba toda la tarde llamando a Irene, en vano. No le cogía el teléfono. No le era ajeno que mañana tenían que verse la cara en el último debate de la campaña y no quería hacerlo estando así las cosas. Piiii...piiii...Otra vez el buzo de voz. Mierda. Se llevó las manos a la sien. No estaba acostumbrada a que las cosas le salieran mal. Necesitaba saber algo de Irene. Se metió en su perfil de instagram a ver si había subido algo. Nada. Busco su nombre en twitter. Había publicado un tweet hace 20 minutos:

"Ayer mi compañera @ Pam _Angela les decía en Vigo a las tres derechas de Colón que hay mujeres que quieren a mujeres porque somos un país libre y así lo seguiremos siendo. Este 28A también vamos a defender el amor y la libertad  #DiadelaVisibilidadLésbica"

Qué cabrona. Seguro que iba por ella. Desesperada le mandó un WhatsApp: "Irene, por favor, cógeme el teléfono. Necesito hablar contigo". Pasaron las horas e Irene seguía sin contestarle, ni a las llamadas ni al mensaje. Inés dejó escapar un suspiro y se metió en la cama con resignación.

Un pitido proveniente de su móvil rompió el silencio de la habitación. Tenía un mensaje nuevo. Se abalanzó con ansia sobre el smarthphone. "Amor, al final me quedo a cenar con los del curro, mañana nos vemos."

Para variar. Frunció el ceño y se tapó con las mantas.

No podía dejar de pensar en la podemita. Mañana era su última oportunidad para arreglar las cosas y ni si quiera sabía que le iba a decir, solo sabía que necesitaba hablar con ella.

El remordimiento y la preocupación la mantuvieron toda la noche en un estado de vigilia impidiéndole conciliar el sueño. Finalmente, cayó rendida del agotamiento cuando empezaban a asomarse los primeros rayos de luz.

Unas horas más tarde...

Inés se levantó envuelta en su sudor y con la respiración agitada. Había tenido una pesadilla horrible con Irene. ¿Qué hora era? Joder iba a llegar tarde al debate. Se preparó tan rápido como pudo y pidió un taxi. Llegó tan justa al plató que la pasaron directamente a la sala de maquillaje sin darle tiempo a saludar a ninguno de sus oponentes.

Le retocaron velozmente el maquillaje y la llevaron al lugar de grabación donde se encontraban el resto de políticos. La colocaron entre Rufián y Cayetana Álvarez de Toledo. Al lado de la del PP, estaban María Jesús Montero, Aitor Esteban y en la esquina, Irene. Estaba guapísima. Llevaba una camiseta negra y una sencilla chaqueta color ocre. Pero Inés pudo advertir que sus ojos no brillaban con su simpatía habitual.

El debate no tardó en comenzar. A Inés se le estaba haciendo eterno. No estaba centrada y no podía dejar de mirar a Irene de reojo. Además tener a Rufián al lado la estaba sacando de quicio. No soportaba a ese golpista. No tardaron en enzarzarse en una pelea.

-Inés, modérate que no te van a hacer ministra de defensa-le dijo el independentista.

-Estoy mucho más moderada que tú desde que nací, chaval.-le respondió de mal humor.

Pudo ver como Irene se reía irónica desde su mesa. Joder, ¿cuánto tiempo quedaba para acabar el debate?

Por fin llegó el último bloque de la disputa. Inés estaba impaciente por acabar e ir a hablar con Irene.

-Respecto al consentimiento sexual-dijo Cayetana Álvarez citando la propuesta del PSOE-"garantizaremos que todo lo que no sea un sí sea un no."¿De verdad van a garantizar eso? ¿Un silencio es un "no"? ¿De verdad van ustedes diciendo "si" "si", "si" hasta el final?

La podemita no tardó en salir en defensa de la de izquierdas.

-Como gobierne la derecha ya vemos que va a ocurrir, que cuando una mujer vaya a abortar le van a decir "tenías que haber pensado antes lo que llevabas dentro". Y que cuando te violen va a venir una mujer como Cayetana Álvarez de Toledo a decirte "ay querida, no es para tanto. A lo mejor es que yo no digo que sí todo el rato, yo no digo que sí hasta el final"-dijo Irene con rabia.

A Inés se le pusieron los ojos como platos. ¿¡Pero qué estaba haciendo!?

-¿Usted me está acusando de justificar la violación? Atrévase-bufó Cayetana.

-He dicho lo que he dicho-concluyó la de podemos.

Cayetana fue a responderle cuando el moderador cortó la conversación y el debate se dio finalmente por acabado.

Inés recogió sus cosas rápidamente y camino hacía Irene para hablar con ella cuando alguien se le adelantó. A unos pocos metros Inés vio como Cayetana agarraba del brazo a Irene y la empujaba con agresividad.

-Atrévase repetir lo que me ha dicho antes si es que tienes el valor.-La del PP levantó el brazo para volver a agredir a Irene cuando Inés se lo agarró en el aire.

-Ni se te ocurra tocarla-le dijo la catalana apartándola con otro empujón.

En seguida se vieron rodeadas por los que estaban en la sala

-Venga vamos a calmarnos...-dijo Rufián nervioso.

Cayetana les lanzó una mirada de odio a las jóvenes.

-Montero, nos vemos en los tribunales-la amenazó.-Y usted-dijo mirando a Inés-Olvídese de que su partido pacte con el mío.

Soltó un bufido y se fue histérica de la sala.

-¿Estás bien?-le preguntó Inés con dulzura a Irene.

-Sí, pero no necesitaba tu ayuda.

-Irene necesito hablar contigo...-le dijo apoyando la mano en su brazo.

A tan pocos centímetros de distancia Inés pudo ver que la madrileña llevaba un pequeño chupetón del día anterior en el cuello.

-No me toques-le respondió Irene con brusquedad apartando su brazo- no tengo nada que hablar contigo.

La miró con despreció y echó a andar. Inés se quedó paralizada en la sala sintiendo como se le caía el mundo encima.

Hoy podemos, mañana ya veremos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora