Dicen de mí que soy un tanto animal, pero en el fondo soy una sentimental.

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28 de abril de 2019

La semana transcurrió rápidamente hasta llegar el ansiado día de las elecciones. Tras unas horas llenas de incertidumbre finalmente el PSOE salió vencedor. Ahí, en medio de la celebración Irene recibió un mensaje.

-Enhorabuena podemita. Prepárate porque vamos a daros caña en el congreso.

Sonrió. Solo ella podía mandarle algo así. Llevaba toda la semana interactuando intermitentemente con Inés. Algún "me gusta" en twitter, alguna respuesta en la historia de instagram...

-Aún es pronto para cantar victoria.- dijo la joven que no acababa de fiarse de Sánchez.- ¿Cuando vienes?

-¿Tantas ganas tienes de verme?-le respondió con su chulería habitual.

-Es para ir mentalizándome de los dolores de cabeza que nos vas a dar.

-En dos semanas me tienes ahí.

9 de mayo de 2019

Inés terminó de empaquetar la última caja con sus cosas en el pequeño pisito del alquiler en Barcelona. Echó un último vistazo al que en los últimos años había sido su hogar. Se le empañaron los ojos pero contuvo las lágrimas. No quería llorar delante del equipo de la mudanza. Se serenó y depositó la caja en el camión.

-Perfecto, firme aquí. Esta noche a las 21.00 tendrá sus cosas en Madrid.

-Muchas gracias.

Observó como el camión de la mudanza emprendía su camino y soltó un suspiro. Xavi ni si quiera se había dignado a despedirse de ella. Tampoco había accedido a hablar de su separación en persona. Había aceptado el divorcio con una indiferencia letal. Miró el reloj que adornaba su muñeca. Debía darse prisa o llegaría tarde.

Llevaba puesta una americana azul, la misma que llevaba el día que entró por primera vez al parlament. Con un nudo en el estomago y desbordada de emociones se dirigió al hemiciclo. En cuanto pisó edificio sus compañeros no tardaron en ir a saludarla y la aprensa en abordarla con preguntas. Sentía como si todo estuviera sucediendo a cámara lenta. La gente, las cámaras...Podía ver los rostros a su alrededor, algunos llenos de tristeza y otros de completa de alegría.

El acto no tardó en comenzar. Inés se levantó del aterciopelado asiento rojo y se dirigió al estrado:

-La primera vez que vine a Barcelona, de visita, yo era todavía una niña. Muchas personas del resto de España hemos venido a Cataluña a vivir un sueño, cautivados por esta tierra abierta, cosmopolita, moderna...Después de esa primera visita he venido muchas veces y a nadie le sorprendió que años después, viniera a trabajar, a vivir y que incluso me acabara casando con un catalán que precisamente conocí en este mismo hemiciclo. Hostras...

Tuvo que hacer una pausa para beber agua ya que se le estaba haciendo imposible contener las lágrimas. Los presentes la miraron con ternura, sin saber aun toda la carga emocional que había detrás de sus palabras.

-...Nunca pensé acabar en la política mientras trabajaba en una empresa privada y menos acabar en el hemiciclo del parlamento, pero la lucha por la igualdad me llevo a acabar aquí en 2012. Ha sido un inmenso honor ser diputada del parlament. Honor que se vio superado después por ser líder de la oposición y aun más por ser ganadores de las elecciones de 2017. Han pasado muchas cosas en estos seis años. Quiero agradecer a todos los diputados y diputadas que han compartido conmigo esta etapa. A todos ustedes les deseo lo mejor en lo personal. En lo político... ya veremos.

El parlament estalló en carcajadas y después en aplausos. Inés, llena de emociones, se acercó a dar la mano a sus rivales políticos y abrazos a sus compañeros de partido.

Comenzaba una nueva etapa.

22.00h en algún rincón de Madrid

Irene caminaba hacia su casa con un extraño sentimiento de felicidad, quizá a causa de las cervezas que se cavaba de tomar con sus compañeros de partido. Por fin podía respirar tranquila sin la tensión de las elecciones de por medio. Todavía quedaba pactar con el PSOE y pronto tocaría volver a comenzar la campaña para las autonómicas, pero ahora solo quería disfrutar del momento.

Mientras recorría las estrechas calles de Madrid no pudo evitar recordar el video que había visto en las noticias al mediodía. Se trataba de la despedida de Inés en el parlament. Había sido un discurso conmovedor. Le dio mucha pena ver como se emocionaba por su partida, pero no podía evitar que un sentimiento alegría la invadiese cada vez que recordaba que podría verla todos los días en el congreso. Sin embargo, no sabía muy bien donde la llevaría eso. En las últimas semanas habían adquirido cierta confianza y a veces le daba la sensación de que Inés tonteaba con ella, pero no habían vuelto a hablar de lo que pasó en aquellos baños y más tarde en su casa. No tenía claro si Inés se sentía atraída por ella, si sentía algo más o simplemente había sido un pasatiempo a causa de su apagado matrimonio.

Una llamada de teléfono la sacó de sus reflexiones. Era ella.

-¡Hola Inés! ¿Ya por mis tierras?-la saludó alegre.

-Irene, tengo que pedirte un favor. –dijo Arrimadas con tono serio.

-Claro, dime.

-Veras, es que...he tenido un problema con la empresa de la mudanza y mis cosas llegarán mañana, y no esta noche como estaba previsto. Así que no tengo un colchón ni un sofá donde dormir. Había pensado en pedirle a Albert que me dejase pasar la noche en su casa pero es su aniversario con Malú y bueno...-Inés no sabía como pedírselo.-¿podría pasar la noche en tu casa?

-Por supuesto Inés, no te preocupes. Te mando mi dirección por WhatsApp.

-Jo Irene, muchísimas gracias, de verdad.

-No es nada, ahora nos vemos.

Irene colgó el teléfono y tragó saliva. La mujer por la que se estaba volviendo loca iba a pasar la noche en su casa.

Hoy podemos, mañana ya veremos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora