Todo estaba saliendo relativamente bien. El lunes fue un gran día. Soleado, y eso es un poco extraño, estamos hablando de Cambridge, y aquí prevalecen los días nebulosos y sombríos. Eso es algo que me gusta ya que me recuerda a mí pais, poco sol.
Salí de casa a las 5:30 am ya que el bufete quedaba a una hora de dónde vivía, tenia que salir puntual a las 5:30 para poder llegar a la parada a las 5:36 ya que el bus pasaba puntualmente a las 5:40, tenia todo el tiempo calculado, un minuto mas y no sabria como llegar al bufete juridico. La casa que me había podido conseguir un amigo no era muy grande, ni tampoco bonita, le faltaban muchas cosas, pero al menos no dormía en la calle, y por el momento eso me era suficiente.
Las calles estaban desiertas, parecía que era la única persona en la ciudad, la única que trabajaba a esa hora, todo se mantenía despejado y eso me frustraba. Cuando el bus llego solo habia tres personas y una de ellas era el chofer; sentia que me asfixiaba, me acomode en el asiento y cuando termine de abrir una de las ventanas uno de los hombres del bus me observo con el ceño fruncido, yo solo pude volver a cerrar la ventana y disculparme.
Llegar al lugar fue algo complicado, Google maps no daba la ubicación exacta, tuve que caminar unas cuadras hasta que di con el lugar, un gran edificio blanco. El edifici, parecido a la casa blanca de los Estados unidos de América tenía en letras grandes "CARTER" que era el apellido de los dueños, solo un ciego no podria ver el ostentoso nombre. Sobre la historia de los dueños Carter, la verdad no sabía mucho, solo que eran dos hermanos influyentes en la abogacia por su padre y que terminaron poniendo en alto el apellido Carter por ganar unos cuantos casos famosos en el medio politico y por mostrarse muy encontra de la monarquia; pero como dije, no sabia mucho, solo lo que todos saben.
Tenía entendido cuando llegué aquí que los ingleses eran un poco anticuados con sus costumbres y su forma de hablar era demasiado lenta, y podía vivir con eso, pero después de la muerte de la reina y la coronación de su hijo Charles III todo cambio, nadie lo queria, y si me voy por los chismes ni siquiera sus hijos.
Caminar por las calles del pais era relajador, cuando llegue no sabia absolutamente nada, solo que queria superarme, crecer, y si era necesario haria lo que fuera para lograrlo. Estaba agotada de vivir la vida que llevaba.
No era que mi pasado me molestara, porque pasé momentos agradables, era algo de lo que huía constantemente y no me apetecía quedarme a ver como las personas que amaba pasaban por encima de mí. Era fuerte, fría y manipuladora, o eso creía, pero a veces quería dejar atrás la desconfianza que vivía en mí. Quería querer y quería que me quisieran, pero, tenía miedo de que algún día eso ocurriera, porque... ¿Cómo iba a depender yo de alguien?
El edificio parecía estar vacío cuando entré. No le preste mucha atención a ese hecho ya que era algo que solía pasar en el trabajo. Tal vez todos estaban en su oficina o la planta baja no se usaba. ¿Quién sabía?
Cuando me acerque más al centro de la planta baja pude ver dos hombres. Uno con traje y el otro con un uniforme que parecía de guardia.
-Las jornadas laborales empiezan a las 7:30 am- El hombre miró su reloj -Y son las 6:45, ¿Qué hace aquí?- Pregunto viendo su reloj varias veces.
Mire a mi alrededor y note que solo se encontraba el guardia y ese hombre. Ambos me miraban extrañados.
¿6:45? Demonios, llegue casi una hora temprano, ¿Ahora qué hacia?
-Yo...
No planeaba decir que era nueva, iba a quedar como la idiota novata de la que todos se burlarian hasta que lo olvidaran. Así que máquine mi respuesta los más rápido posible aunque lo primero que salio de mi boca fue un dudoso "Yo..."
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Tómame
RomansaCarol es una joven mujer universitaria que se ve atraída por un excéntrico abogado, que al final, puede, que con suerte termine en su cama.