Capítulo 3

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[🐿️🐱]

—Ya llegué.

Me removí en mi cama cuando escuché la aguda voz de Minseok viniendo desde la sala. Gruñí, mi cabeza me daba vueltas y todo mi cuerpo se sentía entumecido dejándome en claro la buena cruda que traía encima. 

Sin embargo, eso no evitó que una pequeña y alegre sonrisa se dibujara en mi rostro cuando repase que MinSeok me había avisado que acababa de llegar, esa era una rara costumbre entre nosotros.

Me senté en la cama con la intención de recibirlo y preguntarle qué tal le había ido en su clase ese día, al parecer, por la poca luz que se filtraba por la ventana, había tardado más de lo debido porque ya era de noche. Me maldije mentalmente al no haberme despertado e ir a recogerlo, pero de pronto un pensamiento fugaz se coló en mi memoria.

Minseok y yo habíamos terminado.

Apoyé mis pies en el frío suelo y pasé mis manos por mi rostro con cierta hostilidad, quizás me iba a costar un poco más de tiempo acostumbrarme a llamarlo "Ex" aunque él parecía más que tranquilo al respecto.

Negándome a perder la amistad con la maravillosa persona que era Minseok, me coloqué las zapatillas y no fue hasta que quise levantarme de la cama que noté mi completa desnudez apenas las sábanas se quedaron sobre el colchón y abandonaron mi cuerpo.

¿Qué demonios? ¿Cuándo?

—Mgh...

—¿Qué?

Escuché un gemido de molestia dentro de mí misma habitación, seguro habría pegado el grito en el cielo de no ser porque sonó como un gemido femenino. Una chica.

Pude haber estado con un hombre por tres años, pero no por eso le temeré a un fantasma con voz de mujer, era más hombre que eso.

Me giré lentamente, sorprendiéndome al ver mi cama moverse mientras mis sábanas eran jaladas por unos pálidos y delgados brazos.

Amanda.

Rodeé la cama hasta asegurarme, era ella. Con todos sus suaves cabellos despeinados, apoyando su cabeza en mi almohada -Donde, cabe aclarar, antes dormía Minseok- y su otro brazo estirado, no tenía que sumar ni dos más dos para darme cuenta de que estaba tan desnuda como yo.

Los recuerdos de lo que sucedió llegaron a mí en segundos aturdiendome lo suficiente para que apoyara mis manos contra la pared, ganando estabilidad y comprendiendo cómo fue que tras ir a un bar en pleno día, bebí hasta casi no pensar en nada y luego Amanda y yo vinimos directo a mi departamento, el cual compartía con mi ex.

Quien ahora estaba en casa.

Bueno, esta claro que podía mandar mi caso a algún programa o a  lo Récord Guinness, apostaría que ellos lo disfrutará riéndose a carcajadas por la gran mala suerte que estaba teniendo. 

Mientras mi mente maquinaba exactamente qué hacer, qué decir o con qué objeto acabar con mi vida de una vez, escuché fuera de la habitación como Minseok soltaba una gran cantidad y variables de maldiciones. No tardé ni dos segundos en ponerme uno boxers para salir, intentaba asegurarme de que todo estuviera bien con él.

Fue grande mi sorpresa cuando lo vi tirando de una bolsa de basura gigante, sacándola de la cocina, con la puerta de la calle abierta. ¿Había limpiado la cocina o solo estaba tirando la basura semanal? Porque no creía haberme tardado tanto desde que entró a la casa.

—Hey. — Me saludó con un movimiento de cabeza, continuando con su lucha contra la enorme bolsa negra. Sonreí al admirar aquella imagen tan adorable,  normalmente era yo quien se encargaba de pelear con las bolsas de basuras semanales, pero al parecer, Minseok tenía planes de ser autosuficiente, así que, apoyándome en el marco de la puerta, la cerré poco a poco dejando a la vista una pequeña ranura por donde lo observaba. Me mantuve mirándolo sabiendo que él era consciente de lo que estaba haciendo.

Good Friends «ChenMin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora