[🐿️🐱]
Si en algún momento estuve cerca de arrepentirme de haber terminado con Minseok y arrodillarme ante él para volver, pues...
¡No tenía ni idea de lo sensacional que era ser libre!
Chicas, chicas por doquier caían encantadas cuando salía a bares y decía que era Universitario, incluso mujeres que doblaban mi edad trataban de seducirme y... ¿Cómo no?
Las mayores de treinta eran tan buenas en la cama que te dejaban cansado, e incluso después de eso querían otra ronda más. Hacía poco que una de ellas quiso pagarme con tal de volver a vernos, me pareció curioso cómo no me sentí ofendido y tuvimos otros dos encuentros ocasionales después de eso.
En nuestra ciudad había miles de bares, discotecas o agujeros donde se iba con la única intención de conseguir un buen polvo. Con la debida protección y un hotel o mi habitación era más que suficiente, todavía no comprendo cómo las mujeres están tan estereotipadas como las personas que se quedan en la casa y son tímidas, cuando ¡wow! Hay algunas que me hacen sentir como un adolescente en la secundaria.
Aunque claro, a veces era reconfortante llevarme a una chica tímida y agradable en la cama, el sexo duro era una buena opción, pero ese en el que sabes que le estás haciendo un favor a alguna virgen es también muy halagador, como ahora con la pequeña Momo.
La conocí en una discoteca a la que fui con mi buen amigo Jackson, ella venía con un grupo de amigas y al parecer la estaban estrenando, porque no sabía caminar con tacones altos, y nunca dejó de acariciar su cabello con nerviosismo y timidez.
—Ve por ella, hermano — Fue lo que me dijo Jackson, lo último que le escuche decir antes de sucumbirme por completo a seducir a la inexperta señorita que apenas estaba cumpliendo sus diecinueve años.
Después de unos cuantos tragos, la invité a mi casa y consiente que el alcohol había cumplido su cometido, ella le avisó a sus amigas que nos iríamos. Caminamos, pues no estaba muy lejos y agradecí que con la leve brisa de la noche y como está despejaba sus sentidos, ella no se arrepentiría, más que feliz me hablaba de cómo eran las cosas con su familia y aunque realmente no me interesaba escucharla sabía pretender bien. Ya saben, de ese tipo de persona que solo dice "Oh, que interesante", a todo lo tuvieran que decir.
Ya tres semanas después de haber terminado la relación con Minseok, el sentimiento que reconocí como culpa se esfumó después de una semana y media, incluso mi pequeño y tierno amigo se las arreglaba para no estar en casa las noches de los viernes, sábados y domingos, e hicimos un pacto silencioso, porque nunca lo hablamos, es decir; si conseguía a una chica un día de la semana, de lunes a jueves, la llevara a un hotel, así nos evitábamos esos incómodos momentos, para él, supongo.
Lo curioso era que Minseok no había salido con nadie.
Una vez trate de llevarlo conmigo a una discoteca para que consiguiera un buen par de tetas pero me dijo que estaba estudiando para los parciales, adelantándose una semana. Comprendo que se le haga incómodo y hasta fastidioso salir con su ex a buscar mujeres pero éramos amigos antes de ser novios, ¿Por qué no podíamos volver a eso?
Cuando llegue a mi piso con Momo, ella me preguntó si podía darse una ducha y acepte, claro que el sexo era mucho mejor con el cuerpo limpio.
Me fui quitando las prendas, al menos la remera, acercándome a la cocina para prepararnos algo ligero, un whisky, vino o alguna bebida que definitivamente calentara el ambiente.
Más tarde, no encontraba donde Minseok había dejado las botellas, puesto que cuando éramos novios, él odiaba que yo trajera amigos a nuestra casa y tomáramos, recordaba con lucidez que en una ocasión me hizo una rabieta y escondió las bebidas, fue realmente tierno como le devore la boca y ambos nos olvidamos de todo.
Después de eso, hicimos el amor mientras le repetía una y mil veces que sería solo suyo, que no debía ponerse celoso de mis amigos, sobre todo porque él era el único hombre que me había encantado y enamorado locamente.
Vaya ironía.
Lo que comprendí de esta separación era que lo que nosotras hacíamos no era normal. Había entrado en razón, y no es que las personas homosexuales fueran malas, sino que Minseok y yo nunca lo fuimos.
Nuestra unión empezó por la misma necesidad de tener a alguien y por curiosidad, no por amor, no por cariño, no por atracción.
Minseok, siempre había sido alguien hermoso, pero sabía que de no haber estudiado en esa secundaria, él y yo nunca hubiéramos tenido algo y esa belleza solo sería causante de mi envidia, me puedo imaginar viendo a Minseok en la calle, pensando en la cantidad de mujeres que debe levantar con ese rostro tan hermoso.
Pensamiento hetero, cuando una mujer mira a otra con envidia, algo normal, sin obligaciones.
Solo estaba esperando a que Minseok saliera con una chica, y entendiera eso también, no creo que él me guardase resentimiento.
Teníamos buenas charlas, a veces, aunque sean solo por cosas de las clases, las habían, así que no tenía nada de qué preocuparme, además, él no había insistido con el tema de mudarse, así que supuse que estaba aceptado que éramos mejores como amigos que como pareja.—Llegué.
Me sorprendí al escuchar su voz, observé el reloj en la pared y era muy temprano, él normalmente llegaba en la madrugada los fines de semana.
—¡Hey, JongDae! ¡Llegó tu amigo!
Vagamente recordé haberle comentado a Momo que vivía con mi compañero de piso, o amigo en dicho caso. No me lo esperaba, sin embargo no me importó ir tal cual estaba vestido, simplemente con mi jean mientras la observaba a ella en la sala, al parecer había salido del baño a buscarme, porque tenía el cabello húmedo y una toalla rodeando su delgada figura.
—Hey, hola Minseok.— Él me saludó con un movimiento de cabeza, dejando su mochila sobre el sofá, mientras buscaba algo dentro de esta —No te esperaba tan temprano. — Admití.
—Sí, lo siento, Yí Xing hoy se enfermó así que no pude quedarme mucho tiempo en su casa.
—Ya entiendo...
Mientras Momo se volvía a meter a mi habitación, al parecer algo avergonzada, me quedé mirando a Minseok, quien terminó de sacar uno de sus cuadernos y empezó a caminar. Me interpuse en su camino para que sus preciosos ojos almendrados me observaran y entonces arqueó una ceja, al parecer esperando a que hable.
— ¿Qué quieres? — Dijo cuando yo continúe sin decir nada, aunque solamente estaba organizando mis palabras para decírselo de la forma más sutil.
—Bueno, es que yo...
Con la mirada señalé hacia mi habitación donde se había perdido la figura de Momo. El miro hacia allá y rodó los ojos. Cuando éramos novios- No ahora- me enamoraba de él cada que se portaba como un caprichoso, haciendo esos gestos o barriendo con la mirada a cualquier chica que se me intentara acercar.
—Ya lo sé. —Suspiró. — No te preocupes, voy a ver un DVD en mi cuarto... con los auriculares puestos.
Sonreí como si me hubieran dado el mejor premio de la historia y asentí, acomodándome el jean. Le regale un guiño mientras me quitaba de su camino y lo dejaba entrar a su habitación. Así estaba mejor, cero incomodidad, ningún problema.
—Bueno, entonces...¡No me reprimiré!— Dije mientras entraba a mi habitación, aunque antes de eso me detuve en el marco de la puerta, girándome de nuevo. — ¡Oh! Y Minseok. —Él detuvo su andar, volteando a mirarme.
— ¿Qué pasa ahora?
—Tú tampoco deberías reprimirte, siéntete en la libertad de traer a quien quieras, no tenemos porque ser cuidadosos el uno con el otro.
Minseok solo suspiro y se metió a su cuarto, escuché una afirmación de su parte pero no estuve realmente seguro de lo que dijo. Tampoco es que ese comportamiento fuera tan raro para mí, él siempre había sido algo asocial, menos conmigo, ahora que éramos amigos podía tratarme como deseara y yo no merecía explicación alguna.
Le sonreí a Momo e hice lo que dije, no me contuve en lo más mínimo, claramente ella tampoco.
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Good Friends «ChenMin»
Historia Corta→Mantener una relación de tres años ya había sido suficiente; él necesitaba salir, divertirse, y tener sexo a montones. Así que decide terminar si relación con su novio MinSeok, y aunque este acepta, ellos tendrán que vivir juntos por un tiempo más...