Capitulo 1

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Capítulo 1

12 de octubre de 1994, Sao Paulo, Brasil.

-mira quien sigue allí- Elena Rosales se asomó por la ventana que daba al restaurante del hostal en el que trabajaba, a quien Martin su ayudante en la cocina y confidente de vez en cuando, le indicaba que mirara era al hombre que había estado viendo desde hacía un mes, no es que ella quisiera verlo realmente, pero ese sujeto sabia como ser insistente, y quisiera o no admitirlo también era muy atractivo.

Él estaba sentado en la barra con su chaqueta café  y esas horrendas sandalias que gritaban que era un turista,  como si sus rasgos asiáticos no lo delataran lo suficiente.  Ninguno era bueno con el inglés, el único idioma con el que podían comunicarse, pero se las había arreglado para invitarla a salir cada vez que iba de viaje a Sao Paulo, y ella irónicamente también se las había arreglado para negarse.

No sabía casi nada de él, solo que era extremadamente respetuoso, extremadamente torpe y extremadamente guapo, aunque eso ya lo habíamos dejado claro; También sabía que no era chino, ni japonés, como la mayoría de sujetos asiáticos que atendía en el hostal. 

Estaba consciente de que no debía gustarle,  no debía seguirle el juego, pero con aquella cara de perro apaleado que ponía cada vez que le ignoraba le estaba costando bastante hacerlo.

-No entiendo- continúo Martin, mientras picaba papas sobre una mesa - Ese chino esta guapo y parece que tiene plata, yo que tú con esa cara que tienes, le saco algo y después hasta luego - Elena arrojo hacia  Martin el trapo mojado y sucio de limpiar las mesas, bastante cabreada, Martin era muy grande, tenía la piel tostada y no había ni un solo pelo sobre su cabeza, a simple vista lucia rudo y a veces se encargaba de sacar a los clientes buscapleitos a la fuerza, pero su voz cantarina y su sonrisa burlona poco tenían que ver con su apariencia.

-No es chino, es de Corea - respondió ella, Martin se quitó el trapo de la cara, con dramatismo y lo arrojo a la mesa donde se pelaba las papas, sacudiéndose  la calva.

-Pues son la misma vaina, pero  si tu no lo quieres - respondió Martin, guiñándole un ojo y señalándose a si mismo, con una sonrisa que dejaba bastante claro que el estaba mas que dispuesto a ocupar su lugar.

-Ya quisieras - dijo ella al salir de la cocina antes de que este le preguntase algo que ella no quisiera responder. En realidad Elena ni siquiera le había dado un beso, solo había salido 3 veces y el sujeto siquiera se atrevía a tomarle de la mano, había dicho que le llamara Erick Baek porque su nombre en coreano era difícil, pero ella realmente no quería saber su nombre.

Le dio otro vistazo antes de acercarse, el jugueteaba con la misma lata de cerveza que había pedido desde hacía dos horas y cuando la vio al otro lado de la barra, le regalo una sonrisa que bien podría ser  evaluada en un millón.  A Elena realmente le gustaba este y eso por si solo ya era algo muy malo.

Se acercó a él pero no se detuvo, solo le susurro que la viera afuera y continúo su camino hacia la salida.

Ya era tarde,  muy tarde, empezaba a lloviznar y el mar estaba realmente inquieto, el viento frió le azotaba la cara y de vez en cuando se le metía arena en los ojos, pero Erik no la hizo esperar ni un minuto, salió aun con la sonrisa en su cara pálida, se paró a distancia prudente y la miro con aquellos ojos de perro mojado.

A Elena le temblaron las piernas, como a una maldita quinceañera.

-Hola, ¿Cómo vas?- dijo el con su ingles torpe. 

-Debes dejar de venir aquí- respondió ella, sin dar tiempo de nada mas, la sonrisa radiante de Erick se esfumo y en su lugar se acercó un par de pasos.

Cuando Ya No Me Quieras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora