Mini extra

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-¿¡Que hiciste qué!?

Melkor se cubrió los oídos, con una expresión molesta.

-No me grites.

-¿Como quieres que no grite? ¡Te dejó solo con el niño durante unos días y ya hiciste que mate gente!

-No es un mocoso, no veo porque tanto drama...

-¿Que clase de padre irresponsable se supone que...?

Maedhros rodó los ojos y dejó de prestarles atención. En vez de eso, siguió comiendo su desayuno. Miró distraído su celular, esperando que el maia dejase los gritos.

-Russandol ya no es un niño de seis años, Mairon, creo que sabe matar gente él solito sin que se lo enseñe yo.

El pelirrojo suspiró, y tomando su abrigo se puso de pie. Si no hacía mucho ruido, podría salirse sin que se diesen cuenta.

-¡Pues no suele hacerlo a menos que tú lo influencies! Y tú, quédate donde estas.

Maedhros miró hacia el techo, esperando que algo, o alguien, lo salvase milagrosamente.

-Mairon, ustedes no son mis padres.

-¿Quien te dijo eso?

-Me voy a casa, hasta la otra semana.

Todavía logró oírlo refunfuñar al salir por la puerta.

BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora