Capítulo 5

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4 de Marzo
[7:45 AM]

La alarma del menor no sonó, hoy no. Porque era una día especial donde el podía hacer lo que quisiera.

Pero nadie podía enterarse. Todo debía ser un absoluto secreto que sólo él y las paredes conocían.

A diferencia de otros chicos, Soobin, no era normal. Bueno, más bien, sus padres no eran normales. No lo dejaban salir afuera de su hogar desde que cumplió los ocho años de edad.

La razón de aquello, el menor la desconoce. Pero ahora mismo no pensaba importarle tampoco. Quería escapar y lo iba a hacer. Por dos simples razones.

Uno, tiene casi dieciocho años y no puede permitirse perder más tiempo de su juventud. Diez años son demasiado tiempo pero pasaron más rápido de lo que esperaba.

Su otra razón era la más importante y crucial de todas: por primera vez en Seúl, su grupo favorito americano de música tocaría en el festival show. Por favor ¿que clase de adolescente no desearía ir al concierto de su artista favorito?

Además de que tuvo que esperar mucho tiempo y ahorrar lo suficiente a través de la mesada que le daba sus padres. De todas formas, como no iba a ningún lado, prácticamente casi no gastaba su dinero asi que sólo faltaba que lanzaran las entradas para ser uno de los primeros en comprarlas por internet.

Haber fingido estar enfermo aquel día para saltarse las clases privadas que le daban sus padres y poder estar atento a la página oficial del festival, había valido la pena.

Definitivamente un Dios estaba de su lado. O quizás todos, no se sabe.

Porque es un milagro que a tempranas horas no tuviera ni una pizca de sueño, tal vez porque la emoción y adrenalina le recorrían el cuerpo impidiendole mantenerse calmado.

Lo primero en su lista de planes era escribir una nota. Sí, una nota que le dejaría a sus padres antes de irse para que no estuvieran preocupados. Diciéndoles que volvería antes de la media noche.

Sólo esperaba no tener ninguna falta de ortografía.

Ahora, la parte dos.

Desactivar las cámaras de seguridad de la casa. No era muy difícil, el panel de control de éstas estaba en el piso de abajo y el único momento donde podía entrar allí era cuando los mayores dormían.

Fue sigiloso cual gatito escurridizo e hizo que las cámaras dejaran de grabar, si bien éstas mostraban lo que pasaba afura y adentro, no guardaban ningún vídeo o evidencia de su cometido.

Todo perfecto.

Volvió a su cuarto y tomó su mochila con todo lo necesario dentro. Se puso su sudadera negra junto con unos pantalones del mismo color y sus irremplazables converse rosas.

Porque sí, que jodan a los estereotipos, el rosa le quedaba hermoso en sus piecitos.

Ya sólo le quedaba ponerse su gorra y cubrebocas. Con todo listo había llegado la tercera y más difícil parte de su plan.

Escapar.

Sonaba feo, pero era prácticamente eso lo que haría. No es como si sus padres fueran malos o algo así, él los amaba muchísimo. Pero necesitaba ésto, quería sentirse un adolescente normal como cualquier otro, aunque sea un día.

Pasó cerca de la habitación de sus progenitores y sonrió saludandolos internamente.

Abrió la puerta y luego la cerró lo más despacio posible cerrando con la copia de llave que tenía.

Cat & Dog [ TXT ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora