Capítulo 2

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Era él, era mi padre. Me miraba de abajo hacia arriba, con una sonrisa en sus labios, en sus ojos podría ver tristeza y arrepentimiento. No podía moverme, ni hablar, estaba en estado de shock. Después de 10 años de no verlo, de no saber nada de él, después de habernos dejado a mi madre y a mi en la calle, sin nada. Vuelve. Él volvió, mi padre volvió.

-Hija... ¿Como haz estado?, que hermosa estas.-me dice.

Me siento muy confundida de verdad, acaso el cree que puede venir así como si nada. Yo siempre he dicho que las personas pueden cambiar y que todos merecemos una segunda oportunidad. Pero que puedo hacer en este caso, es a mi la que me esta pasando, seguramente si fuese a alguna amiga yo le diría que el merece su perdón y que todos nos podemos equivocar, pero joder. Que feo se siente esto, no saber que hacer, no poder hablar, no poder ni tan siquiera moverse y todo esto por él.

-Perdón, hice muy mal en venir, lo siento-me miro directamente a los ojos-Te amo hija, adiós.

Aún sin poder hablar, sin poder moverme. Veo como poco a poco se va alejando en su auto. Mis piernas pierden el equilibrio y caigo de golpe, recuerdos y más recuerdos vuelven a mi, no solo cuando mi padre lastimaba verbal y físicamente a mi madre, sino también cuando parecíamos una familia feliz, sé que era pequeña pero aún tengo recuerdos de mi infancia. Entre más recordaba más me derrumbaba, lágrimas caen por mis mejillas, las limpio rápido ya que en cualquier momento puede llegar mi madre y yo nunca me muestro débil frente a ella ni nadie.

Subo las escaleras lo más rápido posible, entro a mi cuarto y me tumbó en mi cama a llorar sin piedad alguna.

-Parásito ya llegamos-grita mi mamá-baja ya.

Corro hacia el baño, lavo mi cara y cuento hasta 10 para tranquilizarme.

Bajo las escaleras y escucho que mi madre discute otra vez con mi padrastro, eso es de todos los días, es lo más común pero siempre me quedo en silencio para escuchar, sé que eso no es bueno, pero me doy cuenta de muchas cosas que les molesta a los dos, entonces trato de no hacer todo eso que les molesta, a ver si acaso me tratan un poco mejor.

-Le doy tres días para que se largue, ella no es mi hija, yo no tengo porque estarla manteniendo, ella es una putilla que vale menos que la mierda, menos que la mierda, ¿Entendiste? Tres días máximo.-grito Josh, mi padrastro.

-Me vale, dile que se largue ya. Ella es puro estorbo.-contesta mi madre-.Además el papá se la quiere llevar, así que él puede ser una opción para no mandarla a la calle.-contesta de los mas despreocupada.

Ella no me quieren. Mi propia madre...mi propia madre. No aguante más y me dirigí corriendo hacia mi cuarto, cerrando la puerta de un portazo. Me sentía una mierda, estoy sola en esta vida, mi padre no me quiere, yo lo sé. Soy un estorbo para mi madre, mis hermanos siempre me lo decían y me lo echaban en cara, pero jamás pensé que fuera así, aunque siempre me tratará peor que la mismísima mierda, nunca creí que después de todo lo que hemos pasado juntas no tuviera ni un poquito de sentimientos maternales hacía mi. Dios, no lo puedo creer ella es lo más importante, la única persona que yo amaba, pero ahora me doy cuenta que no es un sentimiento mutuo.

No pienso llorar más, he derramado muchas lágrimas. Busco mi celular para ver donde puedo pasar aunque sea una semana, por mientras busco un trabajo para poder mantenerme. Pero, Joder. Solo tengo 15, no me darán trabajo en ningún lugar. Tengo tres opciones, Kim, Sophie o Lisa. Me decido y llamo a Sophie ya que es la que vive más cerca.

Llamada telefónica:

-¿Aló?

-Sophie, emh. Soy Jastelle. Ocupo de tu ayuda, es urgente.

Chica suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora