PRÓLOGO

365 36 0
                                    

Cuando Jimin tenía 16 años conoció a YoonGi, no fue algo como en las películas de amor en donde se topan y mágicamente se aman o se conocieron en la clase de biología y uno tenía alguna cosa extraña con el otro, para nada; Jimin solo vio con aburrimiento como llegaba un chico nuevo a su salón de clases, un híbrido a decir verdad, pero fuera de eso todo fue normal entre ellos.

Cuando YoonGi cumplió los 18 años cambió de casa y de amigos pues su estadía en Daegu cambio por la de Seúl, se había mudado a esa ciudad con su familia por el trabajo de su padre, YoonGi era un híbrido, su familia tenía fuertes genes de estos así que bueno… Él fue el afortunado de su familia al tener esos fuertes genes.

Ambos se conocieron en la escuela, YoonGi había perdido dos años de escuela por un accidente que tuvo hace algunos años, cuando era un niño así que por eso aún estaba en la escuela preparatoria, cuando debería de estar presentado su examen para ingresar a la universidad, pero no sé quejaba, tenía amigos que en verdad eran increíbles, como NamJoon, que tenía un novio bastante lindo, un chico con amplios hombros de nombre Jin; también estaban Taehyung un híbrido de tigre y JungKook un híbrido de conejo juntos con la pareja de ambos Hoseok, un humano y luego estaba Jimin.

Jimin era un chico un poco más bajo que él, claro si es que un centímetro contaba mucho, tenía una bonita sonrisa y cuando reía sus ojos se hacían dos líneas que hacían que le fuera imposible ver, también tenía un dulce olor a fresas y coco, dependía mucho de qué época del año se tratará, también tenía una manía por pintar su cabello de colores bastantes coloridos, había tenido rosa, naranjo, rojo, azul y su más reciente rubio.

Con el paso de los años todos se volvieron bastante unidos y ahora con un Jimin de 21 años y un YoonGi con 23 años podían decir que a pesar de no haber tenido ese mágico encuentro a primera vista no podían cambiar nada de lo que había pasado entre ellos, pues si bien sus tres años de relación hablaba mucho de ello.

YoonGi sabía que al principio de su relación fue un poco extraño todo eso de que él fuera un híbrido, si bien Jimin ya lo sabía, era bastante obvio por sus orejas y cola, pero el que fueran pareja lo cambiaba todo, sobre todo cuando YoonGi entraba en celo y quería estar abajo o arriba de Jimin, así que ahora después de bastantes años juntos y en una relación podían decir que eso ya estaba controlado, tanto por ambos como por los supresores, como en esta ocasión que YoonGi se encontraba con una ligera molestia en su abdomen, ese era un claro signo de que su celo estaba iniciando y que necesitaba sus supresores.

—¡Ya llegué bebé!—. Escucha la suave voz se su novio y sale del baño olvidándose de los supresores y de su mínimo dolor, cuando llega en donde está su "un-centímetro-más-pequeño" novio se lanza contra él abrazándolo con fuerza.

—Te extrañe—. Le dice el chico dejando un suave beso en su mejilla para después y sin poder evitarlo soltar un suave ronroneo cuando Jimin deja un par de caricias en su espalda.

—Tu solo haces eso cuando estás en celo o cuando vemos alguna película de Disney—. Se separa levemente de su novio y lo mira con los ojos mínimamente entrecerrados, porque si los entrecierra más, no lograra ver—. ¿Has visto alguna película de Disney sin mi Min YoonGi?

—¿Qué? ¡No! No sé de dónde sacas eso Minnie—. Niega para volver abrazarlo—. Solo… Uhm, es que estoy entrando en celo y… Y necesito… Ya sabes.

—Bebé, no te debe de dar pena pedir sexo—. Le responde su pareja divertida y suelta un quejido cuando siente una mordida en su hombro—. Okay, si no es sexo, ¿entonces qué es?

—Yo estaba hablando de mis supresores, se me han acabado—. Frunce el ceño mirando a su rubio novio.

—Ah… Pero admite que también pensante en… Okay, okay no lo volveré a mencionar—. Alza sus manos riendo y alejándose del cuerpo de su novio para caminar hacia la habitación, podía escuchar cómo avanzaba YoonGi detrás de él arrastrando sus pies, cuando llegan a la habitación siente un peso en su espalda—. ¿Te duele mucho?

—No tanto… Sabes que se calma cuando estás cerca de mi—. Murmura el chico adormilado y se pega más al cuerpo de su novio—. Me encanta que huelas a fresas y también a mi.

—Tan territorial mi gatito—. El chico rubio giró y se dejó caer a la cama con su novio sobre él para comenzar a dejar suaves caricias por su cabello y orejas—. Me gusta eso de ti.

—Quiero… 

—¿Quieres tus supresores? Porque sabes que pue...

—Una mamada.

—… Do ir por ellos, ¿qué has dicho?—. Pregunta Jimin un tanto impresionado y mira a su novio que se encuentra jugando con los botones de su camisa y que se encuentra con las mejillas levemente rojas.

—Escuchaste muy bien lo que dije.

—Bueno si… Pero me tomó por sorpresa tu pedido—. Sienta a su novio sobre sus piernas y lo mira con un lindo puchero en sus labios—. No te avergüences bebé, es algo… Bueno algo normal además llevamos tres años de relación.

—Lo se pero…—. El chico híbrido se encoge de hombros y mueve su suave y esponjosa cola de un lado para otro nervioso—. Quiero eso Minnie.

—Esta bien, es como si me incomode hacer algo así, sabes que me encanta tu gran…

—Oh por favor, no lo digas—. El chico de cabellos grises cubre su rostro avergonzado.

—… Pene gordo.

—¡Jimin!

KissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora