El cementerio de Coen es uno de los lugares más escondidos de Los Angeles.
Si uno lo busca en los planos, no aparece.
Si uno pregunta como llegar a él a vecinos o taxistas, lo más seguro es que no lo sepan, aunque todos hayan oído hablar de él.
Y si uno, por valentía, se atreve a buscarlo por su cuenta, lo más probable es que se pierda.
Los pocos que están en posesión del secreto de su ubicación, sospechan que, en realidad, este viejo cementerio no es más que una isla del pasado que aparece y desaparece a su capricho.Ése fue el escenario al que Thomas me llevó aquel domingo de septiembre a desvelarme un secreto que me tenía casi tan intrigado como a su dueño.
Siguiendo sus instrucciones, nos acomodamos en un discreto rincón elevado en el ala norte del recinto.
Desde allí teníamos una buena visión del solitario cementerio.
Nos sentamos en silencio a contemplar tumbas y flores marchitas.
Thomas no decía nada, y transcurridos unos minutos, yo empecé a impacientarme.
El único misterio que veía en todo aquello era de diablos hacíamos allí.-Esto está un tanto muerto- sugerí, consciente de la ironía.
-La paciencia es la madre de la ciencia- ofreció Thomas.
-Y la madrina de la demencia- repliqué- Aquí no hay nada de nada.
Thomas me dirigió una mirada que no supe descifrar.
-Te equivocas. Aquí están los recuerdos de cientos de personas, sus vidas, sus sentimientos, sus ilusiones, su ausencia, los sueños que nunca llegaron a realizar, las decepciones, los engaños y los amores no correspondidos que envenenaron sus vidas... Todo eso está aquí, atrapado para siempre.
Le observé intrigado, y un tanto cohibido, aunque no sabía muy bien de lo que estaba hablando. Fuera lo que fuese, era importante para él.
-No se puede entender nada de la vida hasta que uno no entiende la muerte- añadió Thomas.
De nuevo me quedé sin comprender muy bien sus palabras.
-La verdad es que yo no pienso mucho en eso- dije- En la muerte, quiero decir. En serio no, al menos...
Thomas sacudió la cabeza, como un médico que reconoce los síntomas de una enfermedad fatal.
-O sea, que eres uno de los pardillos desprevenidos...- apuntó con cierto aire de intriga.
-¿Los desprevenidos?
Ahora sí que estaba perdido.
Al cien por cien.
Thomas dejó ir la mirada y su rostro adquirió un tono de gravedad que le hacía parecer mayor. Estaba hipnotizado por él.-Supongo que no has oído la leyenda- empezó Thomas.
-¿Leyenda?
-Me lo imaginaba- sentenció- El caso es que, según dicen, la muerte tiene emisarios que vagan por las calles en busca de los ignorantes y los cabeza huecas que no piensan en ella.
Llegados a ese punto, clavó sus pupilas en las mías.
-Cuando uno de esos desafortunados se topa con un emisario de la muerte- continuó Thomas- éste le guía a una trampa sin que lo sepa. Una puerta al infierno. Estos emisarios se cubren el rostro para ocultar que no tienen ojos, si no dos huecos negros en los que habitan gusanos.
Cuando ya no hay escapatoria, el emisario revela su rostro y la víctima comprende el horror que le aguarda...Sus palabras flotaron con eco mientras mi estómago se encogía.
Solo entonces Thomas dejó escapar aquella sonrisa maliciosa. Sonrisa de gato.-Me estás tomando el pelo- dije por fin.
-Evidentemente.
Reí.
Thomas se acomodó a mi lado, bajo un gran roble de madera polvoriento que parecía llevar allí más de dos mil años.
Desde allí podían verse perfectamente cada uno de esos astros llamados estrellas.-La gente cuenta muchas estupideces sobre los cementerios- dijo Thomas- pero a mí me parecen preciosos... Un lugar donde se respira vidas pasadas.
Miré a Thomas con inexpresión.
Su rostro estaba iluminado por el brillo de la luna y una sonrisa perfecta seguía clavada en sus labios.-¿Sería raro si digo que tengo muchísimas ganas de besarte?
Él me miró, sonrió y asintió.
-Muy raro.
Y he de admitir que pensé que había metido la pata.
Pero entonces Thomas se acercó a mí y unió nuestros labios, deseando que esta no fuese la última vez.-------------------------------------------------------
*Basada en la novela Marina *Pues nada, ¿qué tal?
*escuchando listen before I go*
Es preciosa ❤
(muere de amor)
Por cierto...
¡FELIZ DÍA DEL LARCHO!
AAHAHHAHAHAHAHAHHAH
*convulsiona*
Pues nada más que decir 👋
adeu criaturitas ❤🎶🌺
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One Shots Dylmas/Newtmas
FanfictionPequeñas historias Dylmas/Newtmas. ~Thomas no era un ángel. Tampoco era un demonio. Pero siempre sintió más tentación por el infierno que por el cielo~ Soy humana, y cometo errores, así que si ves alguno, por favor avísame. (Sin mal vocabulario...