Viernes. Examen a primera hora. Ojeras hasta el suelo por haber estado toda la noche repasando una y otra vez las cosas que ya me sé, pero no puedo permitirme no estudiar, lo veo tan necesario.
Voy muy preparada al examen, pero siempre me traicionan los nervios, por eso me machaco estudiando tanto.
Entro a la clase, mis amigos ya están en sus respectivos sitios, nos miramos y nos sonreímos.
Me siento y al rato entra la maestra, reparte los exámenes y se sienta en su escritorio, toda la clase se pone a responder el examen.
Los nervios ya están recorriendo mi cuerpo, odio que me pase esto, pero confío mucho en que este examen me va a salir bien, pues estamos casi a finales de curso, y necesito tener muy buenas notas en estos exámenes.
La hora está apunto de terminarse, y yo estoy estancada en dos preguntas, para no dejarlas en blanco, pongo lo poco que recuerdo.
Suena el timbre, Matt y Alex me esperaban fuera de la clase para ir a la siguiente.
En la clase de lengua nos piden que hagamos equipos de dos, y Matt se puso con la chica nueva de clase, y Alex se puso conmigo, el trabajo para mí no es nada complicado.
Hablo con Alex para quedar mañana por la tarde temprano y hacer el trabajo, luego quedaríamos con Matt.
Las siguientes clases son tan normales como siempre, repetitivas.
Llega la hora de salida, Matt y Alex me esperaban en la puerta del instituto, pues siempre me tardo en salir, y suelo ser de las últimas.
Vamos de camino a nuestras casas, Alex se despide de nosotros primero, y Matt me dio una noticia que no esperaba...
Matt me dijo que su hermano James, estaba de vuelta, después de un año fuera había decidido volver.
Mi historia con James no fue nada trágica, de hecho nos iba muy bien, estuvimos 2 años juntos, y fueron los mejores años de mi vida, él es mayor que nosotros, también me dijo que James tenía ganas de verme, Matt me propuso ir esa tarde a su casa y verlo, yo le dije que me lo pensaría.