Skate with me (Yuri Plisetsky x Tú)

Capítulo 1.

Narra Tn.

—Para la próxima te registras—dijo Victor a mi lado.

—Obligame.

Ambos estábamos en el Grand Prix.

—Será mejor que vayas, Nikiforov—dije y lo empujé a la pista para que recibiera su quinta medalla de oro.

También estaba Yuri Katsuki, quién clasificó por primera vez en el Grand Prix que quedó último.

—¿Y Yura? —volteé a buscarlo con la mirada y no lo encontré—¡YURI!

Salí de allí y me dirigí a los pasillos mientras gritaba el nombre de Yuri.

—¡BAAAAAKAAAA! —escuché el gritó de Yuri desde los baños y salió.

—¿Qué carajos estabas haciendo? —le pregunté mientras se detenía delante mío.

—Pfff qué te importa —dijo y siguió caminando.

Luego vi a Yuri Japonés salir del baño con lágrimas.

Fui detrás de Yura—No deberías ser tan duro, tú te pondrías igual y peor si perdieras.

—¿Perder? Si, claro.

(…)

Íbamos saliendo del edificio para irnos.

—Yuri —habló Victor— Debes mejorar la secuencia de los pasos en el progama libr-

—Gané. ¿Qué más da? —dijo Yura.

—¿Por qué eres así? —me pregunté. Victor y Yura me miraron con cara obvia—Ah, cierto... Me atendré a las consecuencias.

—¡Yuri! —gritó Yakov—¡No puedes seguir hablando así!

Yuri giró su cabeza y miró hacia otro lado. Yo silvaba haciendome la idiota y miraba hacía otro lado.

—¿Quieres una foto? —preguntó Victor a Yuri japonés— Claro.

Yuri se puso nervioso y sólo se fue.

Yo miraba a Yuri irse junto con Victor, mientras que Yakov regañaba a Yura.

(…)

Pasó un año desde entonces. Ahora mismo, los periodistas y paparazzis están filmando y fotografiando el entrenamiento de Yura.

Una vez se fueron todos, Yura siguió practicando. Yo lo ayudaba a estirar, para luego irnos. Al menos yo tenía que irme.

Me puse mi chaqueta que dice Russia con los colores de la bandera. Sonó mi celular y el de Yuri.

—Ese Yuri Japonés idiota —dijo Yura.

¿A qué se refiere?

—¡Yuri, no pierdas el tiempo! —le gritó Yakov.

Prendí mi celular y era una notificación de YouTube.

Abrí el video y era Yuri Katsuki imitando una de las coreografías de Victor.

—¡AAAAAAAAAHHHH! —pegué un gritó, tomé mis cosas rápidamente y tomé un taxi hacia la casa de Victor. Una vez allí, le pagué y salí corriendo.

Subí las escaleras rápidamente, porque vive en un último piso.

Cuando llegué pateé su puerta y la abrí sin hacerle ningún daño—¡VICTOR! ¿LO VISTE?

—Calmate, maldita loca desquiciada —dijo Victor—Medicate loca.

—Bueno, si, ¿lo viste? —él asintió—¿Qué te parece?