Skate with me (Yuri Plisetsky x Tú)

Capítulo 5.

Narra Tn.

Y llegamos a Moscú.

Tengo miedo

—Mejor me voy por otro lado... —dije y comencé a irme pero Yurio me jaló de la gorra de mi chaqueta.

—¿A dónde vas? ¿No vas a venir con mi abuelo? —preguntó Yurio.

—¿Acaso quieres que tus Yuri locas me arranquen la cabeza ahora que expusiste nuestra relación al público? —pregunté irónica.

—No te pasará nada —dijo y me tomó de la mano.

—Estás encargado de mi funeral —le dije.

Vimos a las Yuri Angels y Yurio le dijo que Mila que cuidara de nuestro equipaje y me arrastró hacia otro lado.

Salimos del aeropuerto y buscamos con la mirada al abuelo de Yurio.

Salió de un auto turquesa el abuelo. Yurio lo vio y salió corriendo a abrazarlo.

—¡Su espalda! —grité y corrí detrás de él. Pero ya era tarde.

—¡Abuelo! —gritó y se tiró sobre él.

Luego.

—Perdon, había olvidado lo de tu espalda —se disculpó y lo ayudó a levantarse.

—Por desesperado —dije una vez llegué con ellos.

—Oh, Tn, cuánto tiempo, ¿cómo has estado? —me preguntó con una sonrisa su abuelo.

—Muy bien, señor, ¿y usted? —pregunté.

—Bien. Gracias por preguntar.

Luego subimos al auto. Yuri en el asiento del copiloto y yo atrás.

—Les preparé mis típicos piroshki —nos dijo.

Yuri me pasó uno y lo mordí. Rico como siempre.

—Abuelo, ¿has comido tazones de cerdo? —le preguntó Yuri.

Me quedé wtf con su pregunta.

—Los probamos en Japón. Son exquisitos.

—¿No les gustan los piroshki? —nos preguntó.

—Esa no era mi intención... —dijo Yurio.

—A mí me encantan los piroshki —dije devorando el mío.

La radio anunció que Víctor había llegado a Rusia.

—Así qué expusieron su relación —comentó el abuelo.

—Fue él —lo señalé— Ahora seguramente tus Yuri locas me persigan hasta la muerte.

—No exageres —me dijo Yurio pasándome otro piroshki— Además tú también eres de esas "Yuri locas".

— Touché —dije.

(…)

Volvimos al hotel y vimos a Víctor junto con la prensa.

—¿Qué hacemos? ¿Le hablamos o seguimos de largo?—le pregunté.

—Seguimos de largo —respondió.

Luego Víctor nos vio y vino a abrazarnos.

—¿Vieron el programa corto que coreografié para Yurio?—preguntó Víctor a la prensa.

Y Yurio le tiró su café— ¿Hasta cuándo te creerás el mejor de Rusia? Está competencia es mía.

Y me arrastró hacia un ascensor que estaba por cerrarse.