Prologo 2. Un sueño premonitorio

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¿Dónde estoy? Abro y cierro los ojos, pero lo único que veo es un mar negro. Siento frio cubriendo mi espalda y me doy cuenta de que estoy acostado en el asfalto en medio de la calle. Poco a poco mi vista regresa. Sosegado, observo a los lados sin poder mover nada más que mi cabeza, logro asimilar a lo lejos la sombra de un hombre. "¿Quién eres?" muevo mis labios, pero mi voz no sale, carraspeo intentado hablar, pero no funciona. Se acerca prudentemente, a paso lento pero intimidante. Viste de blanco, desde sus brazos hasta las manos se extiende un color cobre, es sangre.

Me levanto involuntariamente, el olor metálico inundando mis fosas nasales me producen nauseas, de frente hay un baño de sangre. Caigo sobre mis rodillas y vomito.

Mateo...

Mi querido hermano...

Otra oleada de arcadas, vomito de nuevo. Los cuerpos frente a mi... Son.

—¡No! —Grito silenciosamente, nuevamente mi voz no sale. Fugaces recuerdos vienen a mi mente.

Un cuarto...

Cubierto de sangre...

La voz de un hombre... Esa voz Esa voz la conozco ¿quién eres?

Madre.

La neblina los cubre nuevamente haciendo los desaparecer, corro hacia adelante, pero ya no están, en cambio, una nota sobre el rojo carmesí de la sangre. La brisa se la lleva. La alcanzo, antes de caer de un ¿edificio? Observo a mí alrededor, pero ya no está el hombre, ni la sangre. Leo la carta:

"Y seré vuestro barquero que os guiara a las llamaradas ardientes del infierno, donde arderemos, por la eternidad.

G."

G? quien es G? alguien que debería conocer? Mi cabeza comienza a dar vueltas y tropiezo sobre mis pies a punto de caer del edificio, pero una mano me sostiene de mi muñeca, no la reconozco, pero noto que llora desconsoladamente mientras me mira a los ojos.

—Sálvanos a todos Mateo —dice con voz ronca y vehemente.

Seguidamente su agarre pierde fuerza y yo caigo a una oscuridad profunda. 

MEMORIAS PERDIDAS (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora