CAPÍTULO I

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Mi madre acababa de anunciarme que después de un año de noviazgo con Fugaku Uchiha, al fín habían decidió casarse, realmente me alegre por ella, siempre e pensado que nunca es tarde para encontrar el amor y después de todo lo que hemos pasado es justo que sea feliz.

Lo único que me incomodaba de esta situación era que tenía que irme a vivir a la casa de Fugaku, dónde al parecer vivían sus nueve hijos, si... lo se, son muchos hijos, la mayoría de ellos eran hijos de diferentes madres. Y al principio pensé que Fugaku era un terrible hombre o muy caliente, ¿Por qué quién tiene tantos hijo?, claro que después me di cuenta que estaba totalmente equivocada, simplemente se había metido con mujeres algo extravagantes, que al final, decidieron tener una vida libre de hijos y de matrimonios.

De todas ellas a la única que el verdaderamente amó, fue a Mikoto, su primera esposa, desgraciadamente ella falleció en el parto y por consiguiente, empezó su búsqueda implacable de la mujer ideal.

Aún no conozco a sus hijos, pero si son como él, seguro que nos llegaremos a entender muy bien, ya que Fugaku, por fuera parece un hombre muy serio y frío, pero realmente es el hombre más bueno y noble, que e conocido.

Mebuki estaba hecha un lío, salía de un cuarto y entraba a otro, desesperada por empacar todas las cosas que necesitaría en su luna de miel, ella y Fugaku habían decidio ir a Okinawa y estar ahí por lo menos un mes, disfrutando de su amor.

— Cariño, ¿Haz visto dónde quedó mi vestido rosa? Ese que tanto me gusta usar —Se inclinó en mi ropero, buscándolo.

— Dudo mucho que este en mi guardarropa — Entrecerre los ojos y continúe empacando mi ropa. — ¿Mamá de verdad tengo que mudarme a la residencia Uchiha? — Hize una mueca de disgusto y ella me miro con el ceño fruncido.

— Se que la idea no te parece la mejor pero en este mes que me voy, no te puedes quedar solá y confió en ti Sakura, de verdad, pero tu seguridad para mi es primero y se con tus hermanastros estarás bien. — Gruñi en respuesta y continúe empacando. — Vamos cariño, cambia de cara, se que te llevarás muy bien con esos chicos, yo los he tratado y son un amor. — Quizás ella pensaba eso, pero yo no estaba del todo de acuerdo, sobre todo por que son hombres y estoy acostumbrada a mi privacidad. Joder si a veces voy entrando a la casa y ya me estoy quitando la ropa. Dudó mucho poder hacer eso con ellos ahí.

Fugaku, llegó una hora después de nuestro angustioso empacamiento. Mamá cerró cada una de las ventanas y puertas de la casa y él nos ayudó a subir las maletas a su auto.

— ¿Como estas pequeña? — Preguntó Fugaku, mientras me daba un afectuoso abrazó.

— Bien, sólo sigo pensando que podría haberme quedado en mi casa, ya tengo diecisiete años y se que puedo cuidar de mi. — Murmure disgustada. Él acaricio mi cabeza, con su enorme palma.

— Te entiendo, es incómodo mudarte a una casa nueva, con gente desconocida para ti, pero ve el lado bueno, ya es tu casa y esos desconocidos ya son tus hermanos y les encargué que cuidaran muy bien de ti o se las verían conmigo, créeme te querrán tanto como yo. — Éso esperaba, de verdad que si, no tanto que me quisieran pero si que nos llevaramos bien.

Cuándo llegamos a casa de Fugaku, él fue el primero en bajar del vehículo y cómo todo un caballero ayudó a mamá y a mí a bajar, pero cuándo contemple la casa de mi padrastro me quede estupefacta, no era una simple residencia como pensaba, era una impresionante mansión, construída con un estilo clásico y moderno, con elegantes decoraciones, y un magnífico jardín lleno de rosas de todo tipo de colores, era preciosa en verdad, era como de ensueño, quizás mi boca estaba abierta por que escuché la risita de mamá y Fugaku.

Mis Queridos Hermanos (SasuSaku) +18 (Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora