Primer Grano de Arena

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Gritos se escuchaban en el salón y el patio, en los corredores y en los rincones, todos llamando el mismo nombre

"LUFFY!!!"

Todos revoloteaban en la gran mansión de los "Monkey D." pues el menor de los hijos de Dragón no aparecía.                                                                                               
Un Pequeño revoltoso de ojos grandes y negros, pero brillantes en inocencia, como un cielo nocturno lleno de estrellas, el cual sus cosas favoritas se reducían a jugar con sus hermanos y escapar de todo el mundo, pues él quería ser libre, así era el en pocas palabras, a ese mismo, "Monkey D. Luffy" la servidumbre estaba buscando

Era una mansión de tres pisos, enorme, haciendo que encontrar al menor fuera prácticamente imposible, a cargo del menor había al menos 3 niñeras y 4 Mayordomos, que siempre le tenían un ojo encima, así que nadie se explicaba como hacia para desaparecer.

Ahí es donde llegaba Ace, el mayor de los tres hermanos a arrastrarlo de una oreja, y Sabo para procurar que luego de los maltratos de Ace, recibiera unos cuantos mimos. Estuviera donde estuviera, Ace y Sabo siempre podían encontrarlo...

Por eso había un caos en la casa... Ni siquiera ellos dos podían encontrar al Monito

A pesar de lo grande que era aquella casa y aquel jardín, Luffy decidió salir solo. A sus 7 años nunca había salido solo, nisiquiera a la escuela pues tenía una profesora particular que iba a su casa, Makino-san, y de vez en cuando acompañaba a su padre al trabajo (lo cual era excepcionalmente aburrido), pero no más que eso, conocía el mundo de afuera desde la ventana de un auto.

Así que aprovechó cuando estaba en sus clases privadas con sus hermanos en una sala lúgubre del segundo piso, si seguía así estaba seguro de que fallecería de aburrimiento, así que se le ocurrió una idea

Pidió permiso para el baño, se escabullo entre las flojas mucamas que solo se dedicaban a cuchichiar, corrió por frente de la escalera del salón principal salió por la ventana del segundo piso hacia un árbol y corrió. Corrió tan rápido como sus cortas piernas le permitieron, paso por la zona de entrenamiento, los jardines de rosas y se adentró en el bosque que estaba en el patio y así hasta llegar al límite, se subió al gran manzano al final del jardín y salto la pandereta que delimitaba su libertad.

Estaba emocionado, era la primera vez que lograba pasar aquel muro, pues inclusive de noche, sus hermanos siempre lo detenían, pero era clase de ciudadanía, Ace se dormía y Sabo ponía toda su atención en la pizarra, ¡era el momento perfecto!

Corrió!, Corrió tanto como sus cortas y jóvenes piernas le permitieron, siguió para que nadie lo encontrará, pues ahora el se sentía realmente libre, era como volver a estar en el bosque de su infancia más  temprana

Al rato de correr Luffy pudo divisar el mar, así que empezó a correr más rápido, hasta que oyó, no muy lejos de él, un sonido melódico, y muy muy triste, así que al acercarse más y más a la costa, vio a un chico mayor que él, su piel era curiosa, estaba manchada, era principalmente moreno, pero en algunas partes de su cuello, sus manos, y en una de sus mejillas, su piel era tan clara como la de Sabo,  quien tocaba una melodía, la cual a su parecer tenía que ser más cálida y dulce, pero aquel violín que tenía aquel muchacho en manos, era como ahogarse en un mar de soledad, pero por un motivo que ni él podía explicar, no quería que se detuviera

Así que solo se acercó y lo escucho desde un árbol junto a él hasta que termino la pieza

-. Eso fue muy lindo

Al mayor caso le da un paro cardíaco, grande fue su sorpresa al ver a un mocoso a sus espaldas

-. ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

Luffy lo miro pensativo y respondió

-. Creo que desde la parte de "Na-na- naaa~" en adelante

El mayor se quedó helado, solo unos segundos de tarareo le bastaron para deleitarse con la voz del menor, una muy tranquila y meliflua, pero obvio su orgullo estaba primero y se calló aquel pensamiento

[Esta historia la estoy escribiendo desde antes de ver Given, igual véanlo es un anime 10/10]

-. Tendré que buscar un nuevo lugar de ensayo

-. ¿Por qué?

-. Por tú estás aquí

-. No te preocupes por eso, creo que no volveré a salir en un laaaargo~ tiempo

Dijo el menor observando el imponente mar frente a ellos

-. ¿Y eso por qué?

Él no solía seguir conversaciones, odiaba conocer gente nueva, sobre todo niños menores que él, pero aquel chiquillo de la cicatriz, estaba picando su curiosidad

-. Esta es la primera vez que salgo solo, y lo más cerca que he estado de una playa. Solo conocía fuera de mi casa por las veces en las que salía en auto junto a mi padre, las cuales son muy pocas, pues él dice que es muy peligroso salir, porque existe mucha gente mala afuera, pero... ¡Me alegra que mi primera vez afuera, pudiera escucharte tocar!

Era raro, para el mayor esa situación se así cada vez mas rara, tras una enfermedad, su piel quedo manchada, pero le era mas simple asociarla con una condición similar, a la suya, la cual era el "Vitíligo", la gente trataba siempre de no mirarlo, de apartar la mirada repulsiva, como si fuera contagioso, nunca lo tocaban y lo odiaba, realmente odiaba eso, pero este niño... los miraba con un sonriente rostro 

-. ... ¿No te doy miedo?, o ¿asco?

Esas preguntas descolocaron al ojinegro

-. ¿Por que me sentiría así contigo?

-. No lo se, ¿por mi piel por ejemplo?

Esperaba el comentario, "Si, pero no quise decir nada" o "Solo no te acerques", pero el menor solo lo analizo de pie a cabeza, a aquel enigmático niño

-. Es solo piel, la tuya es especial, ... ¡pero mira! 

Dijo el menor tocando su mejilla donde residía una cicatriz mal tratada, no parecía que fue nada del otro mundo, con una buena atención medica no hubiera quedado marca alguna, mas el menor parecía bastante feliz con esa marca con dos puntos mal cerrados en su rostro por el resto de sus días

-.¡Mi piel también es especial!

El moreno quedo helado, era la primera vez que alguien no lo miraba con asco, no lo juzgaba por su piel o creaba prejuicios tontos, bueno... la segunda vez, el ojiambar no lo diría en voz alta, pero aquel niñato le estaba pareciendo encantador, tenía cierto aire a su hermana menor ya fallecida, no era de esos niños violentos y mugrosos que odiaba, aquellos que se quejaban por todo y eran insoportables, no, y sin siquiera saber por qué, le palmeo la cabeza

-. S-si es que vuelves a salir... Ca-casi siempre vengo aquí...

No sabía por qué, pero algo en los negros y profundos ojos del niño, le decían que podía ser él, que podía, solo por un instante, pensar en algo más que la muerte de su hermana, la de sus padres, en el fuego de aquella noche, y perderse en la galaxia desconocida de aquellos ojos negros, perderse en aquella noche sin luna

Por los próximos 40 minutos, solo se escuchó aquel ya no triste sino más bien... nostálgico violín

Pero el menor se tuvo que ir al escuchar que lo buscaban, y el de tez manchada se autoconvencía de que le agradaba el niño por un aire parecido al de su hermana menor, pues le parecía bastante menor que él

El menor se adentró en la maleza lo más rápido que pudo, alejándose lo más que pudiera de aquel muchacho, pues él había encontrado un tesoro, y a diferencia de todos los tesoros que soñaba con encontrar, este tesoro no era uno el cual estuviera dispuesto a compartir 

-. YA VOY ACE!

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BORRADOR

El Chico del Violín - LAWLUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora