Corazón de Zanahoria (FanFic de t.A.T.u)

Capítulo 1 - Zanahoria (Parte 1)

Una chica caminaba por la ciudad de Moscú, con las manos dentro de los bolsillos de su sudadero. Su cabello era lacio, algo corto, quizá a la altura de su cuello, bastante rebelde y rubio, un rubio cauteloso y dorado natural. Una chica que portaba unas gafas de sol, a pesar de que el día estuviese nublado después de una densa lluvia de verano.

La chica mantenía las manos encubiertas, escondiendo uno que otro anillo de oro, un reloj y varias pulseras. Sólo admiraba los edificios, y pasaba de largo entre la multitud. Chocando sus hombros "frágiles" con el resto de la gente de brazos caídos, gente que iba y venía de sus trabajos deprimentes; adultos distraídos y estresados en los que otra cosa no vagaba por su mente más qué caminar mecánicamente, y que sin darse cuenta, eran arrebatados sigilosamente por un depredador. La chica simplemente era una experta, y ciegamente saqueaba las carteras o algunas pertenencias sin que lo notaran. Ella los guardaba dentro de sus prendas anchas de bolsos interminables, y se retiraba al parque cercano a la plaza roja. Le gustaba que ese tipo de eventos reunieran demasiadas personas, porque significaba obtener más mercancía.

Había un desfile, la gente celebrando por las elecciones del próximo mandatario de Rusia, que había sido postulado consecutivamente por segunda ocasión. Tanques militares, camionetas y soldados marchaban, incluso algunos aéreos demostraban un espectáculo sorprendente en los cielos; con humo colorido, carteles y muchas cosas más que sería casi imposible tener que describir a detalle.

Ella se sentaba en una banca, y un teléfono vibraba. Sacaba al menos 3 de ellos, uno más grande y otro más pequeño. Simplemente apagaba aquél celular robado colgando la llamada y quitándole la batería. Revisaba la cantidad de dinero en las carteras, y tiraba al contenedor de basura las tarjetas a las que ya había duplicado por escrito la información en su diario; identificaciones, fotografías, etc. Mientras que los billetes se los guardaba en el pantalón de gabardina; algunas joyas simplemente las guardaba muy bien en una bolsa plástica sin que los transeúntes lo notaran.

-Oye niña, ¿por qué no te reúnes tras los vallados con los demás?, un evento así no debe ser ignorado -

Un anciano, que apenas podía caminar con su bastón, la tomaba delicadamente del hombro. Haciendo invitación a la ceremonia. La chica sonreía y asentía algo incómoda, mientras que se escabullía con el resto de las personas aprovechando la ocasión para sacar más carteras, dinero y teléfonos; todo lo que le pudiese servir.

Observaba el desfile de manera desinteresada e indiferente, no era algo que le sorprendiera el caso de la reelección, sabía perfectamente que las cifras fueron manipuladas. En eso, observó a un soldado salir del tanque asustado, palidecido, y exaltado. Sabía qué algo no andaba bien con esa reacción. Y en cuestión de un segundo, un sonido estruendoso retumbó con magnitud a lastimar sus tímpanos y de todos aquellos en el perímetro. Sólo escuchaba un zumbido intenso. Sentía un shock o un trance temporal del que no podía salir; estaba aturdida y desconcertada, y se detenía visualmente a observar a la gente correr con unas expresiones aterradas; en su mente, todo parecía una proyección en cámara lenta.
Un tanque militar había estallado. Varios soldados se protegían, mientras que otros auxiliaban el tanque que estaba destrozado; hecho pedazos. Y al quedarse ella petrificada, observaba cómo varios de ellos buscaban entre los metales prensados, a un soldado que estaba herido. Seguía con vida, pero había perdido la mitad de su cuerpo en esa explosión intermitente. Sangre corría y manchaba el piso. Ella, ensordecida, miraba cómo varios paramédicos corrían en el auxilio. Esa imagen había sido algo fuerte para aquella chica, no esperaba eso. Suponía que era una clase de terrorismo como revelación al nuevo mandatario, o quizá amenaza por intereses políticos. Apenas podía sentir sus piernas, que se habían adherido al suelo y no la dejaban avanzar. En eso, un joven tocó su hombro, y aunque no podía escuchar nada. Logró reaccionar y correr con velocidad del lugar. Estaba realmente conmocionada.