Corazón de Zanahoria (FanFic de t.A.T.u)

Capítulo 1 - Zanahoria (Parte 2)

Una mujer sacudía el polvo de varios muebles, mientras que observaba las noticias en aquel viejo televisor de caja de los años 70's. En la pantalla de vidrio se presentaban algunas imágenes aberrantes sobre el incidente en la plaza roja. Varios bomberos intentando apagar el fuego, y camionetas especiales rodeando la zona mientras varios oficiales y agentes investigaban, triangulaban y acordonaban el lugar de los hechos. En eso, la puerta resonó ligeramente. La mujer apagaba el televisor, y se dirigía a la entrada. Intentaba visualizar desde un orificio, pero era imposible.

—¡¿Quién es?!— exclamaba.

—Eh... Yulia — Tragaba saliva.

La mujer abría cuidadosamente la puerta, y halaba a la chica del sudadero deportivo, mientras que le propiciaba un fuerte abrazo.

—Me tenías preocupada, Yulia. ¿Te has enterado de la plaza roja, hoy en el desfile presidencial? —

Yulia: —Sí. Yo estuve ahí, Vera— tosía un poco —Justo en el instante en el que uno de los tanques estalló en pedazos. Vera, vi a uno, uno de ellos. Un soldado muriendo y agonizando — Susurraba esto último. Se sentaba en el sofá mientras se deshacía en llanto, recordando imágenes en su mente. La mujer entendía ese miedo. Sabía que no lloraba exactamente por ese incidente, sino porque aquella joven había recordado eventos del pasado difíciles. Recorría sus frágiles manos agrietadas y demacradas por las mejillas de la chica. Notaba que estaba herida.

Vera: —Tranquila, niña. Estás a salvo — sentía una profunda lástima verla de esa manera — ¿Yulia?, tu mejilla sangra. Eso no es parte del accidente. ¿En qué problemas te has metido?— fruncía el ceño algo desconcertada, aunque no lo exteriorizaba para no perturbarla.

Yulia: —Una estúpida agente del FSB me atacó sólo porque derribé un puesto de joyas. ¿Qué querían que hiciera?, estaba asustada por lo presenciado y no me fijé — La mujer entre cerraba los ojos no muy convencida.

Vera: —No mientas, Yulia. Te conozco bien. Estuviste robando de nuevo, ¿no es así?— la chica se mordía la lengua al ser descubierta. Se limpiaba las lágrimas tratando de recuperarse de esas emociones —¿Yulia?, no pagas renta, sin embargo, te hemos acogido como si fueras parte de la familia. ¿Por qué no consigues un empleo decente?, no algo que te perjudique en el futuro. No te exigimos que nos ayudes con gastos y mantenimiento. Pero... no quiero aceptar parte de tu dinero sucio— La chica bajaba la cabeza.

Yulia: —Lo comprendo, Vera. Pero... ¿Cómo una chica de un repugnante pasado que la sometió y escupió mil veces en la cara puede salir adelante?—

Vera: —Has pasado por cosas difíciles y lo sé, entiendo que haya sido complicado para ti. Pero mírate ahora, estás mucho mejor que... Aquella vez— su rostro se ensombrecía al recordar. Yulia también bajaba la cabeza. —Las grandes cosas comienzan con algo pequeño, Yulia. No esperes demasiado cuando apenas empiezas. Irás avanzando a tu ritmo, no al de los demás. Todo a su respectivo tiempo, ¿de acuerdo?, eres apenas una niña en el nuevo milenio, tu vida apenas comienza— la mujer sonreía, formando visibles arrugas al contorno de sus comisuras al arquear un poco; y parte de sus ojeras que demostraban el rostro de una mujer cansada y soñolienta —Quiero verte estable. Quiero que estudies y tengas una oportunidad— tragaba saliva —Bien, ahora ve y lávate para la cena — La chica asentía procesando, y entraba al cuarto de baño. Se visualizaba detenidamente en el espejo, y apreciaba sus facciones.

Una piel tersa y blanca, aunque un poco bronceada. Aquella peculiar forma de sus comisuras, que tornaban a un rosado cálido. Una cabellera rubia dorada y lisa, algo rebelde que no se acomodaba a ningún lado. Y esos ojos azules tan profundos que la atrapaban a ella misma, le hacían ver más allá de su propia expectativa. Que no era lo que todo el mundo trataba de convencerla que era. Que no conocían su verdadera naturaleza. Sus instintos más bajos.