Esa temporada, ellas comenzaron a juntarse más y a llevarse mejor.
Almorzaban juntas todos los días y Juliana comenzó a tener esa costumbre de gastar su dinero en dulces que Valentina le pedía cada vez que se le antojaba, básicamente porque siempre había una linda sonrisa en su rostro cuando lo pedía y porque la mayoría de veces solo los pedía cuando se sentía triste, no lo demostraba, pero Juliana lo sabía.Los fines de semana regresaban felices a sus hogares, pero siempre sintiendo la falta de un "no apagues la luz todavía" por las noches; y un "Buenos días, Juls" por las mañanas.
A Valentina siempre le gustó pasearse por la habitación en pijama antes de dormir y Juliana siempre se sorprendía continuamente a sí misma robando miradas a las largas y lampiñas piernas de su compañera de cuarto o de su apenas marcado abdomen cuando se estiraba en la cama y su pijama se alzaba.
La morena seguía siendo perseguida por chicos atractivos, pero cada que salía con alguno, no podía evitar pensar en Valentina; comparando los cuerpos de ellos con el de ella, dándose cuenta que le agradaban más el de la chica, porque era más lindo y estético, más familiar, más limpio, más ella.
★
- Val, ¿Por qué te gustan tanto las estrellas?
Pregunto una noche en la que ambas acostadas en la cama de la morena, bajo las sábanas y aún sin poder dormir, disfrutando las estrellas luminosas que Valentina acababa de pegar en el techo.
- No lo sé - se escondió de hombros la castaña - Están ahí arriba, tan brillantes y alejadas unas de otras. Una vez leí que en realidad ya no existen y que sólo se trataba de su luz llegando a nosotros millones de años después.
Juliana le dió una mirada por el rabillo del ojo, pero la otra chica seguía mirando el techo con los ojos bien abiertos.
- En cambio nosotros - hablo tras unos segundos - Somos tan insignificantes, vivimos y luego dejamos de hacerlo en un suspiro...al poco tiempo nadie sabrá que alguna vez existimos.
Y era verdad, nadie lo sabría, pero Juliana no quería quedarse con esa repentina sensación de pesimismo llenando el aire del lugar, por lo que dijo lo primero que se le ocurrió:
- Pero ellas están muy solas y siempre lo estuvieron. Si lo piensas de otra forma, su luz es un recordatorio constante de que ya murieron - Valentina la miro - Otra estrella quizá vio su luz y pudo haber dicho, "Hey, seamos amigas" pero entonces se daría cuenta de que ella murió hace muchísimo - Valentina río levemente y Juliana sintió que había hecho algo bien - En cambio, nosotras si podemos estar juntas como ahora.
La castaña asintió sonriente
- Tienes razón.
- Y podemos escoger no separarnos.
- Eso sería lindo - Valentina se movió y apoyo su cabeza en el hombro de la morena, pero esta última pensó que sería mejor pasar su brazo por debajo de su cabeza para que así pudiera acomodarse mejor en su pecho; eso hizo.
- Podemos sentir.
- Cierto.
- Y llorar con películas.
- Es verdad.
- Y también...
- Ya entendí, Juls - la interrumpio riendo.
★★
Con dieciséis años, al regresar de las largas vacaciones, Valentina ya tenía un cuerpo más atractivo y había crecido, ahora estando de la estatura de la morena. Regreso contando lo poco emocionantes que habían sido las vacaciones en casa de sus abuelos, pero aprovecho para invitar a la chica de ojos cafés a que fuese con ella la próxima vez.Juliana volvió a la costumbre de rodar los ojos a causa de Valentina, pero en un sentido muy diferente.
"Juls, me vas a comprar ese chocolate, ¿No?" Le preguntaba la castaña con los ojos llenos de ilusión y pestañeando varias veces, por lo que la morena rodeaba los ojos antes de sonreírle y apretar con cariño su mejilla.
La verdad es que ella siempre acababa comprándole esos chocolates.Valentina ya no hacía estrellas de papel, pero había decido cambiarlas cada cierto tiempo; así que esa semana se dedicó a recortar y armar de estrellas con distintas formas y tamaños.
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All of the stars [JULIANTINA]
FanfictionSus corazones creían que todas esas estrellas las guiarian a casa.