CAPÍTULO 6

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En la empresa donde trabajaba todos hablaban del increíble cambio de Sasuke Uchiha. Había sucedido un cambio radical en su actuar, incluso trataba a todos con encantadora cordialidad, empezando a ganar fama de "sexy galán".

Lo más increíble fue cuando cierto día, llegó a la oficina saludando a todos con un fuerte apretón de manos, bosquejando en su rostro una sonrisa ganadora. De eso ya habían pasado algunos días y desde entonces, todo a su alrededor giraba con más confort.

Pero hoy, el aura de Sasuke irradiaba todo menos encanto y amabilidad. Tenía su rostro serio, rayando en lo inexpresivo. Sus pasos resonaban como bloques cayendo del cielo y todos podrían jurar que si eran mirados directamente por sus ojos noche caerían fulminados instantáneamente.

Durante todo el día, hasta sus superiores evitaron todo contacto. Felizmente, ninguna situación grave ameritó buscarlo, aunque dudaban de que el azabache hubiera accedido sin brindarles la "mirada mortal".

Sasuke, consciente de su entorno, solo prefirió mantenerse al margen. Esperar a que acabara este horrible día y el siguiente y los que siguieran...

Sin percatarse mucho del cómo, se descubrió abriendo la puerta de su casa.

"¡Hola, Sasuke!"

Volvió a mirar la cocina, pero la imagen de Naruto con el mandil ya no estaba. El eco de su voz todavía sonaba en su mente.

Dejó su abrigo donde siempre y revisó en la nevera. Sorprendido encontró comida preparada para dos días, servida en platos y protegida con film. Imaginó a Naruto temprano en la mañana, preparando la comida en absoluto silencio, preocupado por si no comía bien.

Sasuke se sentó en el sillón donde estuviera sentado Naruto, la primera vez que vino. Agachó el rostro apoyándose sobre sus rodillas, sintiendo caer algunas lágrimas en su alfombra. Las miró ahí, oscuras y húmedas, y no pudo importarle menos cuánto ensuciaran.

No importaban ni la alfombra, ni la alarma, ni la suciedad de sus zapatos, ni todos los utensilios de limpieza guardados bajo el fregadero. Todo eso ahora no tenía sentido. Y aun así, ¿por qué?

Sasuke se rascó la cabeza con ambas manos, meneando la cabeza una y otra vez. ¿Qué había hecho mal? ¿Qué parte faltó? Si ahora podía tocar a todo el mundo... ¿Por qué Naruto era al único que no podía tocar por más que lo deseaba?

Atormentado por esas preguntas que se repetían en su mente una y otra vez, decidió llamar a Kakashi. Timbró a su celular varias veces, pero solo respondía el buzón de voz. Era la primera vez que lo llamaba, desde que le diera su número personal, y no contestaba.

Molesto, aunque algo más calmado, tiró el celular al sillón de enfrente. Se cruzó de brazos varios minutos mirando el móvil hasta que impaciente se puso de pie y decidió comer uno de los platos guardados.

Ni bien lo puso a calentar en el microondas, escuchó dos pequeñas alarmas que indicaban la llegada de un mensaje de texto.

Corriendo fue a buscar el equipo y leyó el mensaje:

"Hola Sasuke. Disculpa, pero estoy con un paciente de urgencia. Entiendo que si me has llamado es porque lo tuyo también es de urgencia. Ven mañana a las 7:00 a.m. Te estaré esperando."

La campanilla del microondas sonó indicando que la comida ya debía estar caliente.

Sentándose a comer, rememoró todo lo vivido desde la aparición de Naruto. Nada con él era predecible, pero se habían acomodado, entre rutinas y costumbres, a manejar una vida juntos. Era consciente de que no sería por mucho tiempo, pero incluso un minuto al lado de él era tranquilidad en su corazón. Había hecho todo este cambio con la esperanza de una oportunidad para ambos. Kakashi le había dado fe de que todo podría cambiar. ¿Por qué, entonces, todo había fallado en el momento que debió funcionar?

TRASTORNOS DEL AMOR *Yaoi Hard*  *SasuNaru*Where stories live. Discover now