Su corazón palpitaba con fuerza, se sentía como una presión, que hacía temblar tu mano, tus lagrimas empapaban tus mejillas y sentir esa tención de esos ojos que alguna vez confiaste
Que tonta habías sido
- No me obligues hacer esto - dijiste moqu...
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Mirabas por la ventana de la oficina de la directora, en su silla, veías a tus pequeños amigos o hermanos no de sangre, jugar en la tierra y los juegos que habían ahí
Te sentías un poco mal, pero estabas segura que con esta travesura habías logrado tu cometido
Escuchaste la puerta ser azotada y con rapidez te giraste a ver a quien suponías que era
Si el rostro de la directora te miraba con rabia, como un toro enfurecido
— ¡Por favor _____ explicate! — grito enfurecida la mujer
Te diste unas cuantas vueltas en la silla giratoria de la ella y luego te paraste, manteniendo esa mirada cansada y esa caminata tan lenta que tenías, característica tuya que hacia enfurecer a cualquiera
— Solo charle con los padres — dijiste acercándote a ella — ya sabes, hablo mucho —
— ¡A ti ni siquiera te gusta hablar! — dijo mientras tiraba algunos papeles en el escritorio — ¡Como se te ocurre decir esas cosas a los padres! —
— Se me escapo — dijiste sentándote en la silla al frente del escritorio — tienes roto tus pantimedias — señalaste a sus piernas, donde había una rajadura en las medias
— Eso no va al tema — dijo tomando asiento en su silla y ordenaba los papeles que anteriormente había tirado
Se quedaron las dos en silencio, tu cruzada de brazos y ella apoyando su frente en su palma, la directora parecía pensar en algo
— Hay algo que debo decirte —
Miraste atenta como rebuscaba en un cajón lleno de hojas, sacando uno de entre tantos
— No es algo que te dijimos, porque nada estaba seguro — dijo mientras leí el documento — Tienes un tío —
Tus ojos se abrieron como platos y apretaste tus puños con un enojo contenido, tu cara era una descripción completa de la impotencia, tu pecho subía y bajaba, tus ojos se humedecían, las ganas de llorar eran evidente, pero no lo hiciste y retuviste tus lagrimas con tu ceño fruncido
— ¿Por qué no me lo dijo? — preguntaste alzando la voz — ¿¡Por qué no me lo dijo!? — Exigiste mientras golpeabas el escritorio con tus palmas, haciendo retroceder a la directora
— ¡Bájeme la voz señorita! — te dio una severa mirada, flaqueaste triste y te sentaste — No le dijimos nada, porque debíamos pensar bien la decisión —
— El señor... — miro la hoja — Pop — volvió a mirar la hoja — si Pop — continuo — quiere adoptarte, mejor dicho, darte un hogar de paso —
— Un hogar de paso... — hablaste con burla — así que tengo un tío... —
La sala quedo en silencio, se escuchaba un "tap" seguido, producto de los repetidos golpes del lapicero de la directora, tu mordías tus uñas, por la ansiedad que sentías
— Tuvimos que investigar a tu tío para averiguar si era adecuado para ti — rompió el hielo — y al final decidimos que era un buen hogar —
La directora saco del cajón una foto y te la entrego, era un hombre de cabellos rubios y algunos cabellos caían por su cara, usaba una bata, un gorro y fumaba una pipa
Lo analizaste, se vía un hombre agradable, un poco a la antigua
— Y dime... ¿aceptas? — te pregunto mientras te recibía la foto
Te quedaste callada, mientras jugueteabas con tus manos
— Entiendo si dices que no, será una lástima ya que lo tengo que informar la decisión hoy día — acerco el teléfono que tenía en su escritorio y empezó a marcar un numero
— ¡NO! ¡no! no, s-si acepto — dijiste, arrebatando el teléfono de sus manos y colgándolo — si acepto señorita directora —
Ella sonrió victoriosa
— ¿Cuándo me iré? — preguntaste volviéndote a sentar, mientras intentabas retomar tu compostura calmada
— Si es posible pasado mañana, pero primero tendríamos que comunicarnos con tu tío y una escuela —
— Entiendo... — dijiste ya calmada — ¿Dónde vive? —
— En happy tree friends — te contesto — es una ciudad, algo apartada, entre montañas y un bosque, pero es un lugar tranquilo y adecuado para ti — dijo acomodándose sus lentes
— No suena tan mal — te recostaste para atrás y sonreíste, una enorme sonrisa de felicidad
Tu vida por fin cambiaria, tendrías una familia y vivirías en un lindo hogar, con tu propia habitación y podrías vivir como una adolecente normal, que podría salir mal
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