Capítulo 1 "Odio a primera vista"

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¿A qué edad comienzas a sentir esas cosas por alguien?

No lo sé pero desde el momento en que la vi supe que seríamos... rivales a muerte.

Con esas mejillas rechonchas y rosadas, ese pelo oscuro y sedoso sujetado con flores que hacían juego con su vestido rosa de diseñador (demasiado vuelo para mi opinión). ¿Quién podría imaginar que esa bola rosa era la misma cara del demonio?

Sólo yo pude ver eso, porque eso mismo era, Mikasa, la bola rosada se convirtió en mi maldito dolor de cabeza desde el día que la conocí en la fiesta que mis padres hicieron para mí.

Tan sólo pongan esto en mente; estás celebrando tu cumpleaños número seis con todos tus amigos varones, mismos amigos con los que compartes la escuela y seguramente estarás con ellos toda la vida porque comparten tu mismo círculo social pero de la nada llega esa bola rosada a meterse en tu fiesta.

Tus padres parecen adorar a los padres de ella y peor que eso, la aman a ella, tanto como para sacarte de tu reunión de amigos y obligarte a conocerla.

-Levi no seas tímido, saluda a Mikasa.

La miras a ella y luego miras a tu madre de nuevo para comprobar si lo que dice es cierto porque esa bola rosa huele a caramelos y bombones desde aquí.

-Mamá... yo...
-Anda y después puedes ir a jugar.

Me apresuré a darle la mano a esa cosa, que por cierto era muy suave.

-Bueno, ya que estás aquí llévate a Mikasa para que jueguen.
-¿Eh?
-Vamos, Levi. ¿Qué te he dicho sobre cómo tratar a tus invitados?

Pero por un demonio, esa cosa rosa no era mi invitada, nisiquiera sabía que existía.

Muy a mi pesar la llevé con el resto de mis amigos, Erwin, Mike, Auruo, Erd y Gunter. Ellos al verme llevando a la bola rosa detrás de mí pusieron un gesto raro y yo podía asegurar que me molestaría por eso todo el tiempo.

-Hey chicos, mi madre me obligo a traerla... se llama Mikasa.
-Hola- dijo tímidamente.
-Ellos son Erwin, Mike, Erd, Gunter y Auruo... ¿Dónde está?
-Ahora vuelve, se mordió la lengua otra vez.
-Oh bueno.

Y es que después de que la bola rosa llegara todo se apagó en mi fiesta porque ninguno de los que estábamos ahí sabíamos tratar a lo que llaman "niña". Porque nisiquiera sabíamos si se rompe o si sabe jugar alguno de nuestros juegos. Sólo nos quedamos ahí viéndonos entre nosotros hasta que mi madre con su melodiosa voz nos llamó para partir el pastel.

Creí que mi molestía terminaría cuando por fin estaba por irse la bola rosa de mi fiesta pero ella...

-Levi te acaba de dar un beso.
-No puede ser.
-Ella... agh mi lengua.
-Levi te ha besado una niña.
-Esperen chicos... esto no es lo que parece.

Si, era lo que parecía, la maldita Mikasa Ackerman ensució mi hombría dejándome un beso en los labios al despedirse de mí, sólo pensaba en que mierda acababa de pasar, esta cosa no sólo huele y parece un enorme malvavisco también sabe como uno y para colmo se apellida igual que yo.

Desde ese día las burlas por haber sido besado por esa cosa rosa no pararon sin embargo no volví a saber de ella en mucho tiempo pero la odiaba, realmente lo hacía.

Para mi consuelo, no éramos familia, sólo una simple casualidad de compartir el apellido con mis padres pero ningún vínculo sanguíneo por parte de nuestros padres nos unía.

-Uff por qué tuve que conocerte... maldita Mikasa Ackerman.

Pasé a tercer grado de primaria, fecha en la que parecía haberse olvidado todo pero la maldita bola rosa volvió a aparecer y esta vez para quedarse a fastidiarme la vida. Estar con ella en la escuela, y como ella junto su familia eran originarios de Europa yo era su único conocido por lo que debíamos sentarnos cerca y compartir el almuerzo hasta que hiciera amigas de su especie. No conforme con eso, también nos volvimos vecinos y tanto sus padres como los míos se volvieron muy amigos forzandonos a tener que convivir entre nosotros tras escuchar comentarios tan horrendos como "Cuando crezcan Mikasa y tú serían la pareja perfecta" "Tan sólo míralos son tan lindos" "Levi debes cuidarla, ella será tu esposa algún día" "Mikasa procura ser una buena chica para él" "Sólo es cuestión de tiempo para verlos"

Entre el odio y el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora