XXIV. Final.

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- ¿Los chicos son tontos, eh?

Me dice de pronto y yo asiento levemente. Sofy luce como una chica amable, pero algo melancólica.

- ¿Todos son asi? ¿O solo los que están en esta casa?

Ella se ríe un poco y se reacomoda los lentes que se deslizaban por su nariz. Luego se pone sería.

- Conozco a Max hace mucho y su mejor amigo es Peter, mi novio.

- Oh, entonces estás aquí tan atrapada como yo.

- No atrapada exactamente - se ríe - pero es algo aburrido ver y no jugar.

- ¿Tu juegas eso?

- Si, ¿tú no?

- No - balbuceo - la verdad es que no me llaman la atención.

- Tengo una idea, Charlie. Ven conmigo.

Sofy se levanta de la silla y toma mi mano para que me levanté también y la siga. Cómo lo supuse, nos lleva de vuelta a la sala con los zombies de los videojuegos.

- ¡Eh chicos! Todos ustedes, levántense de ahí y traigan la pizza, que ya tenemos hambre.

Los siete chicos en la sala giran su cabeza hacia nosotras, pero uno en especial arquea las cejas por la sorpresa.

- ¡Ahora! - grita de nuevo Sofy.

Todos se levantan, a excepción de la otra chica que está en el sofá. Uno a uno pasan junto a nosotras hasta la cocina, aunque no recuerdo haber visto cajas de pizza ahí.

- Ven Charlie, siéntate con nosotras. Ella es Loraine.

Estrecho la mano de la chica morena, pero permanezco en silencio, observándolas.

- ¿Quieres la revancha, Sofy?

- No, aún no. Quiero enseñarle a Charlie como se juega en ésto que tiene embobados a los chicos.

- ¡Oh! De hecho es súper divertido - chilla Loraine - En este juego eres el malo y tienes que huir de la policía.

- ¿Por qué? ¡Se supone que siempre somos los buenos!

Ambas me miran y sueltan una carcajada. Sofy me pasa un control sin dejar de reír y me señala la pantalla.

- Roba ese auto.

- ¡No!

- Charlie, es un juego solamente.

Me tardo un poco en hacer lo que me piden, pero cuando por fin mi personaje entra al auto, sintoniza la radio.

- ¡Esa canción me encanta!

- ¿Lo ves? Es divertido, ahora conduce por donde quieras y trata de no llamar la atención de la policía.

- Me siento peligrosa - me río bajito con mis nuevas amigas.

Tras unos minutos de práctica con mi nuevo personaje, puedo hacer que baje del auto y entre a tiendas de ropa, que vaya al club a bailar y modificar los autos que roba.

- ¡Que divertido! - chillo de nuevo.

- ¿Lo ves? También nos gusta jugar, pero debemos alejar a los chicos para eso.

El timbre de la puerta nos interrumpe y las tres volteamos al tiempo que Max abre la puerta. El chico de la pizza entrega dos cajas grandes y mi casi novio le extiende un par de billetes.

- Llegó la pizza, chicas.

Él señala las cajas y Sofy le hace una seña a Loraine para que se levante con ella.

- Dame eso que estoy hambrienta.

Sofy toma las cajas y le lanza una mirada a Max, aunque no distingo lo que le dice.

- Ahora - es lo único que escucho.

Las chicas salen de la sala, dejándonos solos. Él pasa las palmas de sus manos por su pantalón mientras se acerca a dónde estoy sentada.

- ¿Juego contigo?

- Claro.

Se sienta junto a mi y toma el control que dejó Sofy en el piso. Mi vista vuelve a la pantalla, pero siento su mirada sobre mi.

- Lo siento, no debí hablarte así.

Presiono mis labios porque en realidad, no sé qué decirle. También creo que no debió hablarme así, aunque yo pude ser un poco más compresiva.

- No me gusta pelear contigo - digo seria.

- Lo sé, lo siento.

- Deja de decir que lo sientes y explícame lo que ocurre. Hay muchas cosas de ti que aún no sé.

- Bien - presiona sus labios antes de hablar - me gusta dibujar anime, escuchar música, coleccionar comics, los videojuegos y una chica llamada Charlie.

- Una loca afortunada - sonrío y él hace lo mismo.

Deja de nuevo el control en el piso y se acerca lentamente para besarme. Sostiene mi rostro con ambas manos para que no me aparte y yo las paso por sus hombros para acariciar su cabello.

- ¿Dónde está la pizza?

La voz de Scott se escucha junto a nosotros, pero no volteamos a verlo. Max señala hacia la cocina y su hermano se aleja por el pasillo.

Luego vuelve a pasar por ahí y se detiene para mirarnos. Creo que está más avergonzado que nosotros, que no hemos dejado de mirarnos.

- Estaremos arriba, por si necesitan algo - balbucea nervioso - Solo, portense bien, ya saben de qué hablo.

- Adiós Scott - gruñe Max a su hermano.

Las pisadas que se alejan por la escalera nos avisan que estamos solos de nuevo, así que aprovecho el momento.

- Tengo algo para ti.

- ¿Qué es?

Estiro la mano hasta mi bolsa y saco el paquete del regalo para Max.

- Feliz cumpleaños.

Lo toma con ambas manos y me mira, como pidiendo permiso para abrirlo. Lo apoya en sus piernas para rasgar el papel que lo envuelve y luego lo levanta.

- Un suéter - dice confundido.

- Dale la vuelta - digo en un susurro avergonzado.

¿En qué momento pensé que esto era una buena idea? Obviamente creí que para este momento ya seríamos novios, aunque es muy tarde para esconder el regalo.

Cuando Max lo gira y lee el reverso, sonríe. Lo levanta más para verlo mejor antes de dejarlo caer en su regazo.

- Me gusta mucho.

Ladeo mi cabeza un poco para restarle importancia, pero él sigue sonriendo.

- Gracias, novia.

- Gracias, novia

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~ ~ ~ • ~ ~ ~

Fin.

El Cuento de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora