C O I N C I D E N C I A | 2

2.2K 212 26
                                    

— Yo seré el príncipe y tu la princesa ¿bien? — me dirigí a mi cama y me senté.

Él me siguio y se acomodó a mi lado 
— Pero... ¿Por que yo seré la chica? — se cruzó de brazos y formó un puchero con sus labios.

Lo pensé un momento, tomé su mejilla y la besé — No será divertido, si ambos somos príncipes. — Lo recoste sobre mi cama y sin remordimientos alze su polera.

Su expresión cambio a una asustada ¿Que estas...

Pose mis manos sobre sus labios —  Tranquilo, solo es un juego.


(...)


—  ¿Johan? — reaccioné y la miré — ¿Escuchaste lo que te dije?

Fruncí el ceño — ¿Dijiste algo? — ella asintió molesta — Lo siento, no pude escucharte por la bulla. — la tomé por la cintura y la abraze.

Ella se relajó un poco y comenzó a repartir besos sobre mi rostro. Yo me quede estático, sentía culpa. No podía decirle que no estaba tomándole atención por que en sí, mi mente aun estaba con la imagen del muchacho de la mañana. Es que mierda, esa rostro tan... No, no podía sacarlo de mi cabeza.

Por alguna rara razón aun podía escuchar las voces de dos niños que jugaban y reían.

No entendía el por qué estaba sintiéndome de esta manera. No estaba tranquilo, eso esta claro y eso no es normal. Tenia deseos de volver a verlo, aunque sea de lejos pero quería... Espera...

¿Por que diablos quería verlo? Negué con la cabeza, estaba afligido y quizás un poco exaltado. No tenia que darle mucha importancia a este asunto. Solo fue una maldita coincidencia de la vida, no es nada fuera de lo común.

— ¿Quieres algo para beber? — le pregunté tratando de esfumar mis pensamientos.

Ella lo pensó un segundo y luego dijo:— Quiero un Martini.

Suspire y me levanté — Lo que digas, ya vuelvo.

Me abrí paso hacia la barra, estaba lleno. Trate de divisar algún lugar vacío para poder pedir y de alguna manera noté un espacio vacío en el extremo derecho de esta.

Pude ver la silueta de un joven de cabellos negros al lado quien estaba moviéndose de un lado a otro. Y si mi intuición no me fallaba, parecía ser que se había pasado de copas.

Puse mi manos en mi bolsillo y camine hacia está. De repente comencé a sentir un aroma dulce mientras mas me acercaba, como si fuera caramelo derretido. Habían muchos omegas en este lugar así que era imposible que... Él estuviera aquí. 

El aroma se hizo mas intenso en cuanto llegue a estar a solo un metro de ese joven quien jugaba con el sorbete de su bebida y movía su cabeza al ritmo de la música.

De repente un hombre de cuerpo agraciado se acerco a él, sentándose a su lado. Noté que le decía algo en su oído y que su mano se encontraba sobre su cintura. Algo en mi interior se despertó, fue raro, nunca me había pasado esto pero tenia muchas ganas de partirle la madre a ese tipo.¿Debía estrangularlo o lanzarlo en algún río cercano? pensé.

[ Omegaverse ] Solo es un juego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora