La travesura de Tony

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Desde los eventos de Nueva York, Tony Stark se ha sumergido en el trabajo para crear una armadura que pueda proteger a la tierra. Su hermano de ciencia, como Tony lo llama, Bruce Banner, lo ha ayudado en el proceso. Lamentablemente no han llegado a completar su plan debido a las misiones que Nick Fury les ha otorgado.

La mayoría de ellas son de alto riesgo. Lesionando a los superhéroes de gravedad o solo con heridas superficiales, rompiendo sus no tan costosos trajes. Tony siempre tiene armaduras de repuesto, unas mejores que otras, con nuevos avances y súper cools.

Sus compañeros, en cambio, tenían que usar esos horribles trajes que S.H.I.E.L.D. les proporciona. Quien fuera quien los creaba tenía un pésimo sentido de la moda. Una prueba de ello eran las terribles mallas que el Capitán América debía usar. ¿Quién en pleno 2012 usaba mallas para pelear contra los malos? Solo un anciano de 70 años. Sus neuronas aún no se descongelaban del todo.

Pero Tony no podía negar que el color azul le favorecía. El Capitán América siempre fue su héroe de la infancia y secretamente su amor platónico. Aunque se habían dicho cosas terribles al conocerse, su corazón se aceleraba cada que estaba cerca. Tenían que trabajar juntos, y aunque eso no le agradaba del todo al anciano, Tony disfrutaba de los pequeños momentos en los que no se estaban matando.

Tony había sugerido a sus compañeros mudarse a la torre Stark. Natasha y Bruce aceptaron la invitación del genio. Clint alego que ya tenía un hogar, pero los visitaba de vez en cuando. Thor estaba en Asgard y Steve solo pisaba la torre Stark cuando Fury los reunía para entregar sus misiones. Ya que ese era el punto de reunión de los superhéroes.

—¿Dónde compras estos trajes? ¿En una tienda de segunda mano? —había dicho Tony luego de que en una misión a las afueras de Nueva York Natasha saliera herida por un impacto de bala. A pesar de haber usado un traje de S.H.I.E.L.D. antibalas, la bella rusa estuvo en peligro de morir—. Yo me encargare de diseñar la ropa de los Vengadores.

—¿Ahora serás diseñador de modas, Stark? —bromeo Clint.

—Así es, legolas. Haré los mejores trajes que cualquier otro superhéroe querrá tener. Y Reed Richards morirá de envidia.

Reed y Tony han sido amigos hace algunos años y desde que esté se unió a los 4 Fantásticos, han iniciado una rivalidad amistosa. Aunque a Tony no le agrada que Reed y sus mascotas tengan más popularidad que los Vengadores.

Desde esa última reunión, seis semanas atrás, Tony se ha encerrado en su taller. Sus compañeros apenas lo han visto, ha dejado de asistir a las reuniones y misiones. Pepper y Rodhey son los únicos con acceso al taller y nunca mencionan nada cuando algún miembro del equipo, sobre todo Steve Rogers, pregunta que hace Tony.

Una tarde de Viernes, el equipo se encontraba reunido en la torre Stark, la última misión había sido difícil y sin la ayuda de Iron Man y Thor las cosas se complicaron más. Agotados y con el ánimo por los suelos el equipo decidió cenar en la torre. Natasha fue la encargada de elegir la cena de esa ocasión.

Mientras lo que fuese que Natasha pidió llegaba, Clint asaltaba el refrigerador y maldecía a quien hiciese las compras, pues lo único que había era vegetales y fruta. Steve y Bruce lo observaban desde el comedor con una sonrisa en los labios.

—¿Quién carajos hace las compras? Esto no es comida —se quejó el espía azotando la puerta del refrigerador al cerrarla.

—Es la comida más sana que existe —respondió Steve a los lamentos de Clint—. No te haría nada mal comer vegetales de vez en cuando.

—Moriré si llego a comer una zanahoria.

Natasha soltó una carcajada, Bruce solo sonrió y Steve negó.

Bad intentions {Stony}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora