Y tengo miedo de volver a verte.
Porque cambiaste, igual que yo.
Por eso evito lo inevitable.
Por eso maldijo el libro que nos conecta,
que es la única cuerda que me queda
hacia ti.
Perdiste todos tus encantos.
A la vista de mis ojos.
Excepto uno que no puedo verificar,
sino es de manera personal.
y son tus ojos.
Ojos que parecían de café.
Ojos cuya cafeína me volvían en insomnio.
Ojos que solo se reflejan en persona.
Y que, por fortuna o desgracia, nunca serán solo para mí.