(HIATUS) Stony AA ⭐ No es más que miedo ⭐ Avengers Assemble

03: Mundo actual

Pasó un mes de aquello.

Lo que Steve recordó el día después de esa noche, en primer lugar, fue sentirse culpable. Obviamente él era el causante de las lágrimas de Stark, lo cual aun no lo terminaba de asimilar.
En segundo lugar, recordaba haber despertado luego de haber dormido a lo mucho dos horas.
Tony no estaba en la torre. Se ausentó una semana entera, no avisó a nadie. Ningún vengador sabía de su paradero, al menos eso habían dicho todos.

A final de cuentas, no les parecía tan extraño que Anthony Stark desapareciera sin decir a dónde iba. Él era así, además; se habían comunicado con gente de su empresa, que les habían informado que el dueño había estado presente en un par de juntas de la empresa. Lo cual era raro, si. Tony le dejaba eso a sus representantes o a Pepper Potts, pero quizás le había entrado la responsabilidad de repente. Nunca se sabía con ese hombre.

Pero Steve estaba preocupado. No solo por la culpa que lo embargaba, sino por genuino interés. Él quería mucho a Tony, eso no era mentira. El heredero Stark se había convertido en una parte muy importante de su vida luego de que despertó en ese futuro tan distante a su realidad.
Sin él, no lo habría logrado, y lo sabía, de eso estaba profundamente agradecido, y lo apreciaba en demasía.

Pero de eso a estar interesado en un romance con él... Es decir, Steve simplemente no lo imaginaba.
No porque fuera un mal hombre. A Rogers le constaba que ese era solo un caparazón, una imagen dura que él quería dar pero que no era mas que una oveja con piel de lobo. Tony Stark tenía mucho mas corazón e interés en La Tierra que muchas personas que él conocía. Así que no, no era eso.
Era el simple hecho de eso mismo, que era un hombre.

Steve no era quien para estar enterado de como funcionaban esas cosas ahora. Y tampoco tenía idea de cuantas sexualidades había hoy en día, o al menos algo así había oído de Khamala cuando hablaba de su tarea de ciencias sociales o algo así.
Sin duda el mundo había cambiado mucho desde que cayó al hielo. Y le asustaba, no lo iba a negar.

Tampoco era quien para juzgar nada, eso no sería correcto, a él no le correspondía eso, solo a Dios. Aun así, era mucho que asimilar para él.
No estaba ni enterado siquiera de que a Stark le atrajesen los hombres.
Se daba una idea, creía recordar que alguna vez lo oyó hablar de una cita que tuvo con un tal John, algo que no funcionó. Pero de nuevo, él no se metía, así que no paró atención en ello.

Así que ahora confirmaba ese punto. Al parecer a Tony le atraían tanto hombres como mujeres, y eso ya era mucho para la cabeza de Steve. En sus tiempos, a los "afeminados" les gustaban los hombres, y había mujeres que gustaban de mujeres. Y ya. O al menos esa creía él.
Que difícil era el futuro. Existían muchas cosas nuevas. ¿O será que no eran nuevas, sino que solo salían a la luz?

Él no quería pensar en ese tipo de cosas, pero era inevitable hacerlo, cuando el motivo de su preocupación era su gran amigo Tony, del cual el problema era precisamente ese.

No quería pensarlo porque sería egoísta y estúpido, pero no pudo contenerlo. En ese tiempo sin el genio rondando por la torre, Steve solo le daba vueltas al asunto. Y llegó a pensar que si Tony hubiese sido una mujer, no habría problema. De hecho, quizás se habría enamorado de ella desde antes, y serían la feliz pareja líder de los vengadores.

Sacudía su cabeza y se regañaba a sí mismo cada vez que pensaba en eso. Era injusto, inmaduro, y estúpido.
No podía pensar así de su mejor amigo, menos cuando sabía que un pensamiento así le haría mucho daño a él.

Pero es que... A pesar de sus defectos y egocentrismo, Tony era perfecto a sus ojos.
Se refería a que el millonario se exigía de más, quería lo mejor para su planeta y para su gente, quería ver a la humanidad protegida y hacía lo que sea por ello, incluso encerrarse a sí mismo en una dimensión de la que no sabría si volvería.
Tony era todo un héroe, una persona desinteresada aunque muchos pensaran lo contrario. Una persona que se ponía corazas para no ser dañado, y ahora entendía el porque.