Capítulo II: Bromas que lo arruinan todo.

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Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo solo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.

Hanabi había decidido entrar a la habitación de su hermana mayor, aunque esta última siguiera sin querer salir o recibir alguna visita. Durante la cena, mintió a su padre diciendo que Hinata tenía demasiados deberes de la escuela, y justo por ese motivo no bajaría a cenar con ellos como era costumbre. Hiashi no pareció molesto, su hija no era de las personas que dejaba de lado a su familia, como se trataba de asuntos escolares, por esa ocasión lo dejaría pasar.

—Llévale la cena a su habitación. 

Con ese pretexto en mente, la pequeña Hanabi de cinco años, entró a la habitación de su hermana sin haber tocado la puerta. Le sorprendió el hecho de que no tuviera puesto el seguro como unas horas antes, cuando su primer intento falló.

—¡Onee-sama!

—Hanabi— Hinata salió de su cuarto de baño con la pijama puesta, su cabello estaba húmedo por la ducha que había tomado. Sus ojos se encontraban ligeramente rojos, señal de que había estado llorando.

—Otôsan me pidió que te trajera la cena— Hanabi dejó el plato de comida en la mesa que su hermana tenía para hacer sus tareas, cerró la puerta y sin decir otra palabra se sentó en la cama.

—Gracias Hanabi.

—¿Estás bien Onee-sama?

—Estoy mejor— respondió, aunque no fuera del todo verdad.

—¿Naruto-niisan y tú han discutido?— Hinata asintió en silencio —Él también se mira triste.

Y, como si lo hubieran llamado, Naruto apareció en la puerta. Sus cabellos dorados caían por la inclinación de su cabeza, se disculpó al ver que su hermana no estaba sola.

Hanabi se levantó de la cama dando un brinco, a su temprana edad, lograba distinguir cuando su presencia no era necesaria. Aunque siempre solía quedarse más tiempo con tal de molestar a Naruto, entendía que no era un buen momento para eso. Su hermano se movió para que ella pasará, Hanabi lo observó durante unos segundos y después de haberlo pensado bien, pateó con fuerza su pierna derecha. 

Naruto comenzó a saltar sobre su pie izquierdo, su mirada apenada había sido reemplazada por una de molestia —¿Por qué hiciste eso?

—Porque quería hacerlo— Hanabi le mostró su lengua con el propósito de burlarse, tomó el cuello de su camisa y lo jaló para susurrarle al oído —Hinata Onee-sama siempre me va preferir. 

—Niña del demon...

La risa de Hinata evitó que Naruto dijera una mala palabra a su hermana menor, palabra que seguramente ella usaría en su contra en futuros encuentros. Hanabi lo soltó y salió de la habitación cerrando la puerta detrás de ella, golpeando la nariz del rubio en el proceso.

—Ustedes nunca cambian— Hinata seguía riendo, Naruto sintió alivio al verla feliz y no molesta.

—¿Puedes perdonarme Hinata-chan?, Siento mucho haber robado tu primer beso, aunque si me dices que eres de esas niñas que querían ser besadas por Sasuke, créeme que no me voy arrepentir. 

Sentimientos incorrectos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora