Basado e inspirado en hechos reales.
El sonido de la música y el DJ emocionado con las pistas musicales, canción tras canción, hacía ilusión en esa fiesta. Aun no entiendo porque mis hermanos me obligaron a venir.
-Charles, ¿porque no vas a la pista de baile y buscas a una linda chica para bailar? -Me pregunto Saúl una tercera vez, luego de George, ya estaba acostumbrado a que me dijeran eso cada vez que veníamos a una fiesta.
-Tu sabes muy bien que no me gusta venir aquí --recalque entre dientes. ¿Me molestaba? Si ¿Por qué? Ellos siempre quieren hacer con mi vida lo que ellos quieren. ¿Habrá algún día que hagamos algo que yo quiera hacer? No, los hermanos menores se aferran a lo que los mayores dicen, mi madre siempre me repitió eso.
-¿Y para qué has venido si te la pasas sentado toda la fiesta? -Yo no lo decidí, pensé.
Al no obtener respuesta de mi parte se marchó y se acerco a George quien entraba por la puerta principal con su gran porte varonil que traía locas a las chicas que estaban cerca.
Pronto ambos se acercaron a un grupo de cinco chicas que bailaba en un rincón de la sala. Todas eran muy lindas, bailaban muy bien y no se percataban para nada de mi presencia en el escenario, escondido tras una cortina junto al DJ, observando a todos desde lo alto.
Sin mas, mi vista se planto en una chica del grupo, que comenzó a soltarse el cabello de su sofisticado peinado y revoloteaba al momento que saltaba al escuchar la canción y cantando a todo pulmón. No era la gran cosa, una salsa sonaba el DJ, mas al parecer a ella le gustaba.
Su falda se novia al compás del ritmo de la canción con gran belleza y su rostro se mostraba alegre. Cualquiera podría decir, "esta loca", no obstante ella lo disfrutaba, mientras su amigas se reían, ella se movía con gran afán y sutileza, hacía que su semblante resplandeciera con cada paso que daba.
Una enorme sonrisa se mostraba en su rostro. Era definitivo, "Lo estaba disfrutando".
Cuanto me gustaría disfrutarlo tanto como ella. Al acercarse mis hermanos a ellas, detuvieron su incesante baile y saludaron muy cortésmente a Saúl y a George.
La música cambio de una salsa pegadiza a un bachata sensual, George y Saúl, consiguieron pareja prontamente entre el grupo de chicas y comenzaron a alejarse de ellas para bailar, mas las demás se quedaron solas, aun reunidas en grupo, bailaban entre ellas y no les importaba.
Había algo, en la chica de falda blanca, que me llamaba la atención en sobremanera, no solo era guapa, sino que entregaba todo en la pista de baile, ella bailaba con pasión. Fuese cual fuere la canción.
Luego de un rato la música cambio a algo más movido y ahí fue cuando mis hermanos hablaban entre si, y en un momento a otro tenía a Saúl invitandome a bailar con ellos en el grupo de chicas.
Me gustaba la idea, pero había un problema. No sabia bailar y qué tal si bailo y no le agrado a las chicas, mas a la castaña de falda blanca que tanto me llamaba la atención entre todas las chicas de ahí.
-No -respondí, definitivamente no bailaría, no puedo hacerlo.
-Vamos hermano, no te dejaremos solos, George y yo estaremos ahí para ti. -luego se acercó más a mí y me dijo al oído -hay chicas lindas ahí.
Era justo eso lo que me preocupaba, las chicas, más aquella que tenía mi atención, se reiría de mí si bailo mal. Era mejor evitar esos momentos tan embarazosos frente a ella.
Una vez más se alejó, al ver que no lograría hacerme bajar del rincón en el que estaba metido.
De pronto la chica castaña, al escuchar, tal vez, a mi hermano decir que no quería bailar, ella volteo a ver en dirección a dónde me encontraba. Palidecí, al ver que me veía. ¿Que haría? No podría bajar; ella me veía y no sabía que hacer.
-Esto no puede estar pasando -dije mientras me recargaba sobre el lavabo del baño. -Ella es muy linda ¿cómo podría fijarse en alguien como yo?
-Oye amigo, tardarás mucho ahí adentro. Hay mucha gente esperando aquí afuera.
Lave mi rostro, tomé una toalla y abrí la puerta mientras me secaba. Al parecer la fiesta había concluido y todos se marchaban.
Me dirigí hacia mis hermanos, no estaban solos, las chicas estaban hablando con ellos. Bueno, Saúl lo hacía, mientras George conquistaba a la chica con la que bailó.
-¡Charles ven! -me gritó Saúl desde donde se encontraba.
Lentamente camine hacia él, mientras las chicas me veían. Nervioso trate de sonreír.
-Él, es mi hermano Charles. Charles ella es Melisa -me presento a una chica bajita y gordita, pero muy amigable. -Ella es Sabrina --se refería a la chica rubia a su lado. -Ella es Jenny -Me saludo con una sonrisa, mientras yo hacía lo mismo -y finalmente ella es Laila.
Wow, esa chica en verdad que era linda. Era la chica de falda blanca que bailaba con euforia. Sonrió con ternura, mientras yo me perdía en el brillo refulgente de sus ojos.
-Es un placer -Contestó ella.
Quede anonadado, incluso su voz era hermosa.
-Bien, ya debemos irnos, pero fue un placer conocerlos y bailar con ustedes -dijo ella finalmente al no recibir respuesta de mi parte.
Vi como desaparecían por el umbral de la puerta y se marchaban.
-Esto es genial conseguí el número de Cristal -expresó muy emocionado George. No era de esperarse, el podía a tener a quien quisiera.
-¡Qué bien hermano! Yo conseguí el número de Sabrina, ella es muy linda.
Chocaron los cinco y comenzaron a caminar hacia el auto.
-Sube ¿o te quedarás ahí?
Era el único raro de la familia creo, no pude bailar con ella por ser un cobarde, ni siquiera pude sonreírle por ser un tarado y no pude ni siquiera hablarle por quedar anonadado. Sentía que cada vez estoy más solo por mi propia estupidez.
Esa fue la primera y la última vez que la vi. Jamás volví a verla ni siquiera pude hablar con ella. Pero de algo estoy seguro, mi corazón se ensanchó al verla bailar con tanta euforia y adrenalina. Mi alma se emocionó junto con ella y no pude, jamás, sacarla de mi memoria.
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Mi Diario En Cuentos
Short Story¿Alguna vez se han preguntado qué sucede en la vida de los autores detrás de los libros que escriben? ¿Qué piensan, que viven, que hacen, que sufren e inclusive cómo aman? Este apartado es una recopilación de los cuentos más extraños que se me han o...