Huyes. Lo vuelves a hacer. Esta vez de ti mismo. ¿Crees de veras que así solucionarás algo? No me malinterpretes, de vez en cuando está bien alejarse un poco de todo. Yo misma voy a tener cinco días de playa, desconexión y borrachera. Pero no es lo único.
Si siempre huyes de ti mismo nunca afrontarás aquello que te hace correr. Tienes que dejar que las cosas te duelan, y descansar cuando ya no puedas más. No puedes rendirte al primer latigazo.
Recuerdo el primer latigazo que me diste. El cuero escocía en la piel, pero no quería que parases. Hiciste que me volviera adicta a un dolor que me dejaría marca en la piel y en las entrañas. Y ahora que ya no estás para hacerme daño, ¿cuál será mi castigo? Creo que tu silencio será suficiente.
Ten mucho cuidado, por favor.

ESTÁS LEYENDO
Ahora que ya no somos
RomantizmAhora que ya no somos tendré que conformarme con el recuerdo de tus besos y con los sentimientos a flor de piel...