Esta mañana, como siempre, lo primero que he hecho después de apagar el despertador y abrir los ojos lo suficiente como para ponerme las gafas y enfocar el mundo que me rodea, ha sido meterme en whatsapp para ver tu mensaje de buenos días. Pero no había nada.
Realmente no termino de asumir todo lo que ha pasado. No termino de asumir que ya no va a haber mensajes tuyos en mi pantalla. Ni de buenos días ni de buenas noches. Ni de nada.
Una ola de vacío ha chocado contra el arrecife que tengo en el pecho. Y ha sido entonces cuando me he quitado las gafas, y he decidido que el mundo no iba a detenerse si yo me quedaba en la cama cinco minutos más.

ESTÁS LEYENDO
Ahora que ya no somos
RomanceAhora que ya no somos tendré que conformarme con el recuerdo de tus besos y con los sentimientos a flor de piel...