Ahora que ya no somos

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No puedo dormir. Sabes que en realidad siempre me cuesta, pero esta noche es especialmente dura. No soy capaz de echarte de mi cabeza porque siempre estabas en todas las historias que imaginaba antes de dormirme. Y no sé qué duele más, si verte ahí o tratar de echarte.

De haber sabido que aquella sería la ultima vez que te besaría habría aprovechado ese beso como si no fuese a haber un mañana. Porque ahora sin ti no me importa si no lo hay. Tu marcha se me clava como mil puñales en el pecho. Tengo una corona de espinas en el corazón.

Sabía que esto pasaría, y aún así quise intentarlo. No perdí la esperanza entonces y no lo haré ahora. Tú tampoco lo hagas.